Carles Puigdemont embistió hoy desde Bruselas contra la Unión Europea por su apoyo al gobierno español en la crisis catalana y lanzó el desafío: ¿el bloque continental aceptará la voluntad independentista?. Así lo hizo en una comparecencia en Bruselas en un acto que le organizaron 200 alcaldes proclives a la independencia, que viajaron a la capital belga.

“Debemos saberlo, ¿aceptarán ustedes o no el resultado de los catalanes? Porque si la elección es seguir apoyando un Estado independiente, ¿lo aceptarán? ¿O seguirán ayudando al señor Rajoy en este golpe de Estado?”, inquirió Puigdemont en el acto refiriéndose al titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y al presidente del Parlamento Europeo, Antonio Trajani, respecto de la votación del 21 de diciembre, en la que se votará un nuevo parlamento en Cataluña. También se dirigió a ambos para preguntar si “¿es ésta la Europa que quieren, la que manda un gobierno a prisión?” y reclamó el por qué de su apoyo a España, a la que catalogó como "una democracia fallida".

El acto significó la reaparición pública del destituido presidente de la Generalitat, luego que la justicia belga le concediese la libertad mientras se debate sobre el pedido de arresto y extradición a España por parte de la Audiencia Nacional de España. La idea era hacer la presentación en el Parlamento Europeo, pero finalmente se hizo en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, donde se convocó a una reunión en la cual no estaba anunciada la presencia de Puigdemont.

El líder nacionalista habló junto a los cuatro ex ministros de su gobierno sobre los que también pesa orden de detención. Habló tras el respaldo explícito de los alcaldes a la independencia, en un reclamo de reconocimiento del proceso soberanista por parte de la Unión Europea. “Europa está mejor protegida por todos aquellos que protegieron las urnas el 1 de octubre que por la Policía que les golpeó”, dijo para reivindicar el polémico referéndum que desató la crisis institucional.

Puigdemont habló en francés y fustigó al “fascismo español”, que “ejecutó a Lluís Companys” (el líder nacionalista que declaró la independencia en 1934 y luego fue fusilado por el franquismo), y que “hoy, en 2017, con impunidad total, participa en las manifestaciones convocadas por el partido del Gobierno de España. Ese fascismo es lo que hay ahora en España, esto es lo que hay ahora en el clan del 155”. Así criticó también la aplicación del artículo 155 de la Constitución de España, que permitió su destitución y la intervención del gobierno de Madrid.

Mientras hablaba era ovacionado por los presentes, al grito de “presidente, presidente” y “libertad”. Además de los alcaldes que viajaron, también estuvieron presentes varios eurodiputados de los nacionalismos vasco y gallego, y también del Sinn Fein irlandés y la Liga del Norte de Italia, que escucharon a Puigdemont preguntarse “por qué no hay reacción en Europa”, y pidiendo a la UE “que no mire para otro lado”.

Hubo, además, una referencia al rey. “De Felipe V a Felipe VI, desgraciadamente, nuestra historia está llena de suspensiones, intervenciones, de golpes de estado, encarcelamientos, persecuciones, prohibiciones”. El acto se cerró con todos entonando el himno catalán.

Uno de los eurodiputados presentes, Joseph Maria Terricabras, de Ezquerra Republicana de Cataluña, afirmó por su parte que "Juncker dice que no quiere ver Europa con 80 u 85 o no sé cuántos dijo pequeños países. ¡Eso lo dijo él, que viene de Luxemburgo, que es mucho más pequeño que muchas ciudades de Cataluña. Espero que cambie de idea". Fue uno de los encargados de organizar el evento, que podría haber costado entre 7 y 10 mil euros. “Es la pregunta marxista. ¿Quién paga esto?”, fue la respuesta de Terricabras ante la consulta. Tampoco quiso decir cómo se financió el viaje de los alcaldes y cómo se sostiene Puigdemont en Bruselas