Noseso: bandera cultural 

La actividad de Zelmar Garín es apabullante. El trabajo que este multiinstrumentista argentino de ascendencia uruguaya viene desempeñando liga tanto a la exploración de sonoridades, como a la investigación. Se lo puede ver en YouTube, acostado bajo una mesa de ping-pong, captando con micrófonos piezoeléctricos las resonancias del partido en disputa, procesándolas con delays y retroalimentaciones varias para el deleite de los presentes. O también con su set de chatarra que percute, frota, interviene con feedback, distorsiones y efectos, el cual emplea solo y en su proyecto Acido Canario. Su rango de acción es amplio como para formar parte del combo garajero Los Peyotes o improvisar acompañando al compositor japonés Otomo Yoshihide, el fin de semana pasado. “Fue increíble tocar con el loco”, sincera. “Es un referente que ha tocado con toda la gente que uno tiene en el pedestal del ruido y la improvisación sin género”.

Cecilia Salas

 

Desde hace quince años que Zelmar maneja Noseso, sello por el cual canaliza sus manifestaciones sonoras y las de otros. Entiende que manejar un sello está ligado a qué ideales y metas tengas: “Noseso persigue el registro experimental y la organización de los músicos en pos de un tipo de estética y pensamiento musical”.

Editar en Argentina es caro y a veces se sabe de antemano que el dinero invertido no volverá. “Bajo ese panorama, la subsistencia de un sello y su permanencia es una bandera cultural”, entiende Zelmar. Las facilidades para grabar un disco y subirlo a Bandcamp o Soundcloud hacen que el catálogo de un sello tenga un rol importante ante la sobreoferta: “En el sello hay una curaduría y un ideal sobre la música que se difunde, aunque los factores son cambiantes a la hora de producir”, reconoce. La experiencia en la realización, la línea estética y la posibilidad de armarse junto a los músicos de recursos orgánicos para generar difusión e interés son factores clave para dicho desempeño. 

Así sucedió con Deshacer, el flamante álbum del trío Roseti Project, “una especie de freejazzpunk de dos vientos y bata”, e igual planean hacer mañana, en la presentación de Gato negro, segundo disco de Gualicho Turbio, el cuarteto de folk-blues trashero integrado por Zelmar, Juanjo Harervack, Hernán Balbuena y Bárbara Aguirre. “Es un disco de reverbs naturales, reamplifcación de señales, casi sin plug-ins”, señala de este álbum de letras sociales y directas como su primer corte, Hombre azul. “Desde que está este Gobierno, hay discurso despreciativo hacia el pobre, y el disco refleja la idea de sentirse maldito en una ciudad que te es ajena”.

La tarea de Noseso no especula con las ventas, sino que al contrario, se toma como una elección de principios: “La mayoría del catálogo está dedicado a música alternativa, noise, experimental, improvisación y valoro que un músico haya tomado la decisión de ejercer su arte a través de este pensamiento musical. Para mí, le da un plus de militancia estética que es donde la cosa hace la diferencia, sobretodo hoy, donde los ideales están tan desvalorizados”.

* Gualicho Turbio tocará el viernes 10/11 a las 23 en El Emergente, Francisco Acuña de Figueroa 1030. 


ABYSS: ruido banco 

El footwork es un tipo de baile callejero surgido en Chicago en los años ‘90, y ligado al género juke house. Pies movedizos en sofisticados pasos ultra-rápidos se han batido a duelo desde entonces, bajo el groove de DJ Rashad, pionero y una de las figuras más importantes del género. La música y productora argentina Aylú Grad se involucró con esa escena hace cuatro años, a través de una triangulación particular: “Descubrí a un artista japonés llamado Foodman, y enseguida le mandé un mensaje diciéndole ‘me fascina lo que hacés, hagamos un tema juntos’. Sin saberlo estaba escuchando footwork en una versión súper experimental”. Así empezó a hacer música, influenciada por este pibe japonés, y a curtir el sello Teklife, pero manteniendo especial atracción por la escena de Japón, “que le da un tinte más raro, no tan de género”.

Cecilia Salas

 

Desde hace dos años y medio Aylú formó el sello ABYSS junto al artista plástico Andrés Brück, dedicando tiempo libre y recursos propios, ya que, sorpresa, el sello no genera dinero: “Apenas podemos cubrir los gastos propios que tenemos a la hora de lanzar un disco”, lamenta Aylú, aunque enseguida destaca el valor de generar una selección musical acorde a sus gustos. “Este es el punto más importante de dirigir un sello: la curaduría. Los artistas que forman parte de ABYSS lo hacen sabiendo nuestras limitaciones económicas y materiales, por un lado, y los logros y conexiones que tenemos, por otro”. 

ABYSS goza de buenos lazos con la escena de Japón, de hecho Foodman aportó un track para el primer compilado Foodworks Vol. 1. “Es un honor que la persona que me introdujo en toda esa música, y que más me influencia, sea ahora un colega” cuenta Aylú. Esta no es su primera experiencia en un sello. “Hace varios años trabajamos en otro emprendimiento, Mainumby Ediciones, que se autosustentaba haciendo eventos y ediciones físicas caseras que podían circular y venderse para seguir generando movimiento dentro del sello”. La nómina incluía artistas como Chindogu, Los Síquicos Litoraleños, O+yn y Azur, entre otros. “Los beneficios de internet, con respecto a aquellas épocas, incrementaron notablemente la conexión con otros países y la circulación de la música por el resto del mundo”. 

ABYSS encara el concepto de ‘género musical’ como una manera de abrir las puertas hacia la experimentación, y no como una forma de cerrar las posibilidades a la hora de producir: “Creemos que un sello tiene que proponer espacios para la creación incluyendo toda la diversidad posible con un criterio bien definido, que modele la cosmovisión que pretende ofrecer y difundir”. De los discos que sacaron, hay algunos bien clásicos de footwork, súper finos y delicados, y otros que son ruido. “Nos encontramos con muy buenos músicos locales, entonces les encargamos música”. Ese es el caso de Dawa, el proyecto del formoseño Alejandro Coll (ex Azur), que tendrá sus temas remixados por otros artistas de ABYSS.

Siendo un sello plenamente digital, uno de los elementos en que más energía se pone es el diseño y el arte. “Hacemos toda la parte visual nosotros, y en cada lanzamiento hay una conexión cuidada entre la música y la imagen para lograr que el producto final sea un todo orgánico y especial”.

* Aylú se presentará junto a Jeremy Gara (Arcade Fire) el jueves 14/12 en Ruido, el ciclo de música experimental del C.C.San Martín, Sarmiento 1551. 


Pakapi: conexión espiritual

Guillermo M. Cerredo fundó Pakapi Records bajo la premisa de generar un espacio de difusión entre varios artistas de Sudamérica que, según él y su socio, el músico Juan José Calarco, consideraban que tenían algún tipo de “conexión ‘ideológica’ o ‘espiritual’”. La idea fue también relacionarlos, muchas veces bajo un concepto o consigna, como en sus compilados –de títulos autoexplicativos– Industria Tropical (2015) o La Psicotropia (2014), y en otros casos de búsquedas más eclécticas como su primer lanzamiento, Pakapi Compilation vol.1 (2013) o el más reciente, el doble La Danza del Agua (2017), que reúne nombres como Alan Courtis, Pablo Reche, Minicomponente, Ariel Flores o PAN. 

 

“Hay mucho de prueba y error en la construcción y en el aprendizaje de las actividades de un sello; desde la curaduría y la edición del material a la difusión final y todo lo que hay en medio”, destaca. “A medida que esas experiencias se acumulan, se puede tener otra perspectiva”. Cerredo, al frente también del proyecto dub Panchasila, recuerda que su primer lanzamiento fue duplicado y vendido desde acá, “lo cual se tradujo en un enorme gasto de envíos por correo con precios a veces mayores a la copia a enviar. Teniendo en cuenta esta dificultad, comenzamos a duplicar en el exterior, en muchos casos co-editando con otros sellos, para mejorar la distribución física y abaratar costos”. Durante algún tiempo intentaron traer copias de estas ediciones al país, pero debido a los problemas aduaneros decidieron distribuir sólo desde el exterior. “Obviamente no descartamos la posibilidad de volver a realizar ediciones para el público local, pero debido a estas malas experiencias y el alto costo de la duplicación en el país, nos mantenemos de este modo”.

La co-edición con el sello inglés Was ist Das? les trajo buenas repercusiones en medios ávidos de los sonidos de Pakapi –cumbia digital, ambient, freak folk, noise de ritmos latinos– de México, Estados Unidos, Europa y hasta Oceanía (“sobre todo en radios de Australia y Nueva Zelanda”).

Pakapi trabaja con la misma dedicación tanto la edición física como la digital. “Hemos pasado por el CD, lathe cut– de hecho tuvimos la suerte de realizar una co-edición con Pseudo Arcana, que duplicó Peter King– y hemos realizado la edición en casete de los últimos lanzamientos”. Uno de los aspectos más importantes para Pakapi es que el material esté disponible de manera gratuita y online: “Creemos que el acceso a la música y la cultura no puede ser coartado por el hecho de tener dinero o no. Por eso, todas nuestras ediciones tienen su versión digital bajo la modalidad “Name your price” en Bandcamp y la mayoría de nuestro catálogo también se encuentra en Free Music Archive”.

Pakapirecords.bandcamp.com


Postales: deja registro

Lou Baumann entiende a Postales como un antisello: “Llevar adelante un sello independiente conceptual requiere de vocación, dedicación y tiempo. No es por retribución económica, sino que hay un intercambio amplio de cuestiones humanas y logísticas. Es crear tus propias reglas y tu propio mundo donde poner en práctica las cosas, que dejen de ser buenas ideas y pasen a ser acciones concretas”. Su etiqueta disquera le permitió canalizar muchas cuestiones internas, y en lo que va del año lleva editado cuatro discos propios, más una súper perla de la experimentación local de principios de los ‘80: la reedición de A los que obran desinteresadamente (1983), de Alfredo Horacio “Willy” Pérez, un exquisito álbum de electrónica ambiental de uno de los miembros fundadores de Quum, mítico combo experimental de estos pagos. “Nos conocimos hace tiempo, cuando el tocaba en Proyecto Malambo junto a Daniel Gutiérrez. Después de charlar varias veces y compartir historias y sentimientos mutuos ligados a la música, me pasó una copia del disco en CD-R hecha por él mismo”, dice. Esto se suma al video documental sobre Pérez realizado este año y titulado miniAnimalista, realizado por Saturno 5 Audiovisuales.

Cecilia Salas

 

Habiendo editado discos solistas del también coterráneo y pionero electrónico Carlos Alonso y su proyecto UnoxUno, Lou habla de un trabajo de documentación de la zona de San Miguel, de donde también es oriundo Federico Durand, otro gran artista sonoro que edita regularmente en Japón. “Me gustaría hacer un registro de los grandes músicos de San Miguel”.

En cuanto al trabajo en Postales, hay mucho de artesanal y también de producción en serie: “Se utiliza todo lo que esté al alcance del presupuesto del momento”. Lou, guitarrista y productor amante de la grabación de casete, trata de ocuparse de la estética y el arte de tapa de los discos. “Trato de que todo pueda llegar a salir en versión física, en formatos ilegales, accesibles y libres: casete, CD y CD-R también, o simplemente una descarga con un una postal. Como antisello no busco ser reconocido, sólo dejar registro; lograr que el artista sepa hacer su propio disco y gestionarlo con arreglos económicos flexibles y sustentables”.

Postalesdiscos.bandcamp.com