Los presidentes de Estados Unidos y China, Donald Trump y Xi Jinping, subrayaron ayer sus coincidencias en cuestiones internacionales y bilaterales pese a persistentes diferencias sobre Corea del Norte y comercio, al término de una histórica cumbre en Beijing que marcó el inicio de una mayor cooperación entre las dos máximas potencias. Con una notable moderación de sus críticas a China por el déficit comercial de su país frente al gigante asiático y la crisis nuclear norcoreana, Trump selló con Xi un entendimiento nacional y también personal, subrayando aún más el objetivo de Beijing y Washington de incrementar su colaboración en la resolución de los problemas globales. “No puede haber un asunto más importante que la relación China-Estados Unidos”, afirmó tajantemente Trump en la primera de tres comparecencias que ambos líderes tuvieron en la ajetreada jornada en el Gran Palacio del Pueblo, con una reunión bilateral en dos fases, una cumbre empresarial y la lectura de comunicados ante la prensa. Mientras Trump insistió en que ambas potencias pueden solucionar conjuntamente “los problemas mundiales”, Xi recalcó que “para China y Estados Unidos la cooperación es la única opción viable para la paz, la estabilidad y la prosperidad del mundo”.