Con una cena que se realizaba anoche en un restaurante porteño, los principales referentes del peronismo bonaerense buscaban alcanzar alguna fórmula de consenso para resolver las internas convocadas para elegir a la nueva conducción partidaria. Sin embargo, dadas las posiciones encontradas y la proliferación de postulantes, la unidad parecía difícil por lo que los seis intendentes que concurrieron a la comida se habían propuesto como objetivo de mínima convencer a Fernando Espinoza de la inconveniencia que se postule para la reelección y que de un paso al costado para facilitar un proceso renovador. El trasfondo es la pulseada por la candidatura a gobernador en 2019.

Espinoza representa a La Matanza, la “capital nacional” del peronismo, municipio que históricamente aporta los votos decisivos para inclinar las elecciones en la Provincia. La cuestión es que eso ya no es tan así y el PJ acumula tres dolorosas derrotas consecutivas, en 2013, 2015 y 2017. Si bien nadie responsabiliza a la conducción de Espinoza de lo ocurrido el 22 de octubre –La Matanza además estuvo entre los distritos que sobrevivió al naufragio–, tampoco ven con buenos ojos que se mantenga al frente de la estructura partidaria como si no hubiera pasado nada. Sin embargo, por lo menos hasta anoche, Espinoza se mostraba muy seguro de ir por un nuevo mandato, más allá de que en diciembre asumirá una banca de diputado.

El próximo jueves 16 vence el plazo para la presentación de las listas para la interna convocadas para el domingo 17 de diciembre y hay una media docena de aspirantes al cargo. Además de Espinoza, quien ya avisó que hizo reserva de lista y color para participar fue el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez. Muy activo en los últimos días, Menéndez organizó un homenaje a Rucci en la CGT y un encuentro peronista del que participó Felipe Solá. “Unidad con Renovación”, es su lema. Menéndez hace explícito su deseo de sumar a quienes estuvieron fuera de Unidad Ciudadana y por eso su candidatura la apoyan intendentes que estuvieron con Florencio Randazzo –como Gabriel Katopodis (San Martín) y Juan Zabaleta (Hurlingham)– y con Sergio Massa, como Julio Zamora (Tigre).

Un vecino de Menéndez es el intendente kirchnerista de Moreno, Walter Festa, quien también contó el jueves que había realizado el trámite de inscripción para candidatearse en la interna. Festa tuvo algunos problemas de gestión pero se repuso y consiguió un buen resultado en octubre. “Un PJ que sea oposición, que trabaje para unir todos los sectores, que sea moderno y no reniegue del kirchnerismo”, propuso en su presentación.

Menéndez y Festa pertenecen a la Primera Sección Electoral, lo mismo que el histórico Mario Ishii (José C. Paz), que el jueves hizo un acto con Cristina Kirchner y, como suele hacer en toda elección, adelantó que también piensa competir. 

En la Tercera Sección Electoral, en donde se ubica La Matanza, uno de los intendentes más conocidos es Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), a quien no le interesa presidir la estructura partidaria pero podría acompañar a algún candidato. En ese sentido, un nombre que sonó fue el de Fernando Gray (Esteban Echeverría), para quienes imaginan un mandato que funcione como transición y que no lo encabece alguien que tenga aspiraciones evidentes a la gobernación como son los casos de Espinoza, Menéndez o Insaurralde. 

Por último, están los intendentes del interior que proponen “desconurbanizar” al PJ y que uno de los suyos sea el nuevo titular. Así se propone el kirchnerista Francisco Durañona (San Antonio de Areco), quien consideró que “no hemos logrado un discurso que enamore al interior bonaerense”, en donde la ola amarilla arrasó con todo.

A este panorama enmarañado intentaban anoche darle alguna claridad. Con representación equitativa por secciones cenaban con Espinoza, Menéndez, Insaurralde, Leo Nardini (Malvinas Argentinas), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Julio Pereyra (Florencio Varela). Por lo menos, descartar a algunos de los comensales de la disputa.