El suizo Roger Federer derrotó ayer al estadounidense Jack Sock, en el partido que dio por iniciado el Masters de Londres, último torneo del año, en el que participan los ocho mejores de la temporada. El número dos del mundo despachó al número 9 del ranking y reciente campeón de París-Bercy en dos sets, 6-4, 7-6 (7-4) en el tie-break en un duelo que duró una hora y media. El suizo, de 36 años, llegaba con el rótulo de gran favorito en el torneo, que ya obtuvo seis veces en su carrera –siendo el más ganador de la competición–, y lo confirmó con una actuación casi sin fisuras en la capital inglesa. 

El estadounidense, uno de los cuatro jugadores que debutan en esta edición (junto con el belga David Goffin, el búlgaro Grigor Dimitrov y el austríaco Dominic Thiem), llegaba ilusionado por la impensada conquista parisina, pero poco pudo hacer ante el ganador de 19 Grand Slam. Federer jugó a placer, golpeó en el momento justo y, con un quiebre en el primer juego del encuentro, se adelantó de inmediato y encaminó el primer capítulo a su favor. En el segundo, Sock defendió su potente saque y forzó el tie-break, donde finalmente el suizo impuso su jerarquía, y se llevó el triunfo tras una devolución larga que se resolvió con el Ojo de Halcón.

Tras el encuentro, el helvético se refirió a su buen momento: “Me perdí el torneo en 2016 (por una lesión de rodilla), así que estoy feliz de estar de regreso. Me siento otra vez con buena energía. No me sentía así desde la final con Del Potro”. Tras derrotar al tandilense en la definición de Basilea, Federer renunció al Masters de París para poder llegar de la mejor manera a Londres.

Con su victoria, Federer se colocó en la cabeza del Grupo Boris Becker junto al alemán de 20 años Alexander Zverev, que superó más tarde al croata Marin Cilic en tres sets: 6-4, 3-6, 6-4. La otra zona, denominada Pete Sampras, comenzará hoy con el encuentro del austríaco Thiem ante el búlgaro Dimitrov, a las 11, y se completará con el choque entre el español Rafael Nadal y el belga Goffin, a las 17.

Tras el encuentro, y con Federer de testigo, el mallorquín recibió el trofeo que lo acredita como el número uno de la temporada. “Ha sido una temporada fantástica, muy emotiva después de todas las cosas que he pasado en los últimos años, todas las lesiones”, dijo Nadal, micrófono en mano, en el O2 Arena. El español llega al Masters –un torneo que nunca pudo ganar– entre algodones, debido a una sobrecarga que sufre en la rodilla derecha. Esto, sumado a las ausencias del británico Andy Murray –vigente campeón– y el serbio Novak Djokovic –que ganó el torneo en cinco ocasiones– hacen de Federer, el candidato con más serias intenciones para llevarse el Masters, que no obtiene desde 2011, y volver a festejar en Londres como hace cuatro meses, cuando obtuvo Wimbledon.