Las negociaciones emprendidas por Angela Merkel para formar un nuevo gobierno en Alemania a raíz de las elecciones legislativas fracasaron ayer, después de la retirada del partido liberal, tras más de un mes de conversaciones. 

“Es preferible no gobernar que gobernar mal”, declaró a la prensa el presidente de los liberales del FDP, Christian Lindner. Éste consideró que no había “bastantes posiciones comunes ni confianza mutua” para formar un gobierno de coalición como el que negoció con los conservadores de Merkel y el partido ecologista. 

La cuestión de la inmigración fue uno de los principales escollos en las negociaciones tras la generosa política de acogida de refugiados lanzada por Merkel en 2015 y 2016. Los partidos no lograron ponerse de acuerdo sobre si todos o solamente una parte de los refugiados debían tener derecho al reagrupamiento familiar en Alemania. Otros puntos de discordia fueron la protección del clima y los deseos de rebajas fiscales de parte de los liberales. 

Otros participantes en las negociaciones señalaron que un acuerdo parecía cerca cuando el FDP hizo su repentino anuncio. Merkel procuraba despejar el camino para una coalición entre su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), su ala bávara la Unión Cristianosocial (CSU), el FDP y Los Verdes.

La canciller se comprometió a seguir actuando con “responsabilidad”. “Mañana (por hoy) contactaré al presidente (Frank-Walter Steinmeier), le informaré del estado de la situación y veremos cómo se desarrollan las cosas”, dijo la canciller a los periodistas casi dos meses después de las elecciones. 

Merkel y Steinmeier analizarán la situación para determinar qué opciones tienen. Una posibilidad pasaría por pedir a SPD (socialdemócratas) que revise su postura y entre en las negociaciones para reeditar la gran coalición con la CDU/CSU. Sin embargo, ayer, cuando se empezó a perfilar el fracaso de las conversaciones, tanto el presidente del SPD, Martin Schulz, como la jefa del grupo parlamentario, Andrea Nahles, reiteraron su voluntad de irse a la oposición. 

Otra opción sería proponer a la líder conservadora como candidata a canciller al Bundestag. Merkel, en una tercera votación, podría ser elegida por mayoría simple, ante lo que Steinmeier podría optar entre nombrarla canciller o convocar nuevas elecciones en un plazo máximo de sesenta días.