“Es histórico”, “sanador”, fueron las frases repetidas por los chilenos que ayer votaron en distintas capitales del mundo como París y Buenos Aires, en las primeras presidenciales en que los residentes del exterior podían sufragar. Oscar Inostroza, de 80 años, votó con lágrimas en los ojos, después de viajar toda la noche en ómnibus desde Grenoble, en el sureste de Francia, a más de 500 kilómetros de la capital francesa. “Este es un día histórico, es el gran placer de sentirme ciudadano ahora que ya estoy en el término de mi existencia”, contó con la voz quebrada este profesor jubilado que llegó a Francia como refugiado en 1974. Según un recuento parcial, de los 847 votos emitidos en París, la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, obtuvo 355, seguida por Guillier con 308, escoltado por Piñera con 93. En Buenos Aires ganó Sánchez, seguida por Guillier y en tercer lugar el ex mandatario. La reforma para permitir el voto en el extranjero, aprobada por el Congreso en agosto del pasado año, fue criticada por la derecha, ya que estima que la mayoría de los votantes tienen afinidad con la izquierda o son exiliados de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).