La columna de Carolina Fernández
No gozarás... Ya veremos
El goce se transformó en el último de los bastiones a defender para las mujeres que hemos recorrido al menos cuatro décadas e infinidad de encuentros indeseados, incómodos, fingidos. ¿Cómo resguardar el propio deseo cuando la sexualidad con los varones se mostró con toda su evidencia y alevosía un acto falocéntrico destinado a que ellos acaben bien?




















