Desde Berlín

La canciller Angela Merkel estimó a través de una entrevista televisiva que unas nuevas elecciones serían “un mejor camino”, mientras que se mostró escéptica frente a la posibilidad de un gobierno en minoría ya que considera que conduciría a la inestabilidad. Ayer al mediodía se reunió con el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, con el fin de informarle del fracaso de sus negociaciones con los liberales y los verdes para formar un gobierno a pesar de su llamado a reanudar los esfuerzos entre los partidos. La tan esperada “coalición Jamaica” por los colores de sus partidos (negro de la gobernante democracia cristiana, amarillo de los liberales y verde de los ecologistas) no tuvo éxito.

Tras las elecciones del 24 de septiembre y de que los socialdemócratas rechazaran reeditar la “gran coalición” que gobernó Alemania los últimos cuatro años, el gabinete tripartito era la única fórmula que habría dado a Merkel una mayoría parlamentaria estable en ese contexto. Luego de casi dos meses de arduas conversaciones exploratorias y a pesar de las grandes diferencias entre las fuerzas con respecto a la política fiscal, medio ambiental y otros grandes temas como la inmigración, llegando al final de los sondeos la coalición Jamaiquina parecía superar las especulaciones de su inconsistencia. Sin embargo, en la madrugada de ayer, el jefe del partido liberal Christian Lindner anunció sorpresivamente el fracaso de las negociaciones de su partido para formar un gobierno de coalición junto a la unión democristiana (CDU-CSU) y Los Verdes. Su frase “es mejor no gobernar, que gobernar erradamente” que ahora figura como eslogan apenas se ingresa en el sitio web del Partido Democrático Libre (FDP), para muchos fue una gran sorpresa pero difícilmente una decisión improvisada.

Más allá de las razones de esta disposición, lo cierto es que Alemania se enfrenta a condiciones políticas sombrías tras el fracaso de las exploraciones de Jamaica y la canciller Angela Merkel se sumerge así en la peor crisis de su mandato de doce años. Ocho semanas después de las elecciones, no está claro cómo continuarán las cosas, el SPD sigue negándose a negociar una gran coalición y el Presidente Federal Frank-Walter Steinmeier (SPD) juega un papel clave. El mismo había instado anteriormente a los partidos políticos a reanudar los esfuerzos para construir una coalición gobernante ya que  tienen una responsabilidad que “no se puede simplemente devolver a los votantes”. 

 Así y todo, las partes no lo lograron y Merkel, que ha encabezado tres coaliciones desde 2005, luego de la reunión con el presidente dijo a través de la emisora pública ARD que era “muy escéptica” respecto de gobernar en minoría por las complejidades que implica formar acuerdos por tema o por área, sugiriendo que volvería a presentarse como candidata si se convocaran elecciones en el nuevo año.  

Tres escenarios concebibles luego del fracaso de los sondeos jamaiquinos. En primer lugar, el de una gran coalición entre socialdemócratas y democristianos, muy poco probable luego de que los primeros rechazaran nuevamente la opción. El rival del SPD, Ralf Stegner, dijo por radio nacional alemana que el resultado de las elecciones no ha cambiado. “No hay voto para una gran coalición”, concluyó reforzando la posición de su partido. La dirección del SPD había decidido la noche de las elecciones rechazar una posible gran alianza con la Unión, entrando de esa manera en la oposición. 

Un segundo escenario posible sería un gobierno minoritario liderado por la canciller Merkel, con los liberales o con los verdes, pero necesitaría entonces votos de otros grupos dentro del parlamento: en una coalición con los primeros aún requeriría 29 escaños más para la mayoría y con los segundos incluso un 42. Se considera poco probable que Merkel se involucre en esta opción pero tampoco está excluida. Por último, el tercer escenario concebible podrían ser nuevas elecciones, pero para ello se tiene que disolver el Bundestag (el parlamento recién electo). Sólo el presidente puede hacerlo pero si existe un canciller legitimado por todos los integrantes. Si Merkel fuera elegida por la mayoría, se podría pasar a elecciones generales directamente. De lo contrario, el parlamento tiene que votar un canciller provisional para que el presidente pueda disolverlo. 

Dentro del contexto internacional, el colapso de las conversaciones para una coalición jamaiquina y la posibilidad de nuevas elecciones generan más incertidumbre sobre todo para el gobierno británico que esperaba una fuerte coalición alemana como lo había comunicado después de una reunión la semana pasada entre el aliado de Merkel, Manfred Weber, y la primera ministra británica Theresa May. La incertidumbre prolongada en Berlín también genera inquietudes en Francia, donde  el presidente Emmanuel Macron estaba fijando las esperanzas de reformas de la eurozona en la asociación con un fuerte gobierno alemán. “A Francia no le interesa que las cosas se bloqueen”, había recalcado antes del desenlace de las negociaciones jamaiquinas.

El presidente federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, volvió a solicitarle a los partidos que reconsideren sus posturas para arribar a un diálogo y llegar a un consenso de la siguiente manera: “espero que todos estén dispuestos a hablar para hacer posible la formación del gobierno en el futuro previsible”. “Estamos ante una situación inédita en la historia de Alemania, en casi 70 años”, añadió. Steinmeier se reunirá a continuación con los partidos para tratar de reconducir la situación y buscar posibles acuerdos.