Como siempre en esta época, ayer se presentó oficialmente la programación que tendrán los teatros que conforman el Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA) para el año entrante. Su director general, Jorge Telerman, anunció las líneas generales de la misma en una concurrida conferencia de prensa frente a artistas, trabajadores del complejo y periodistas, y luego agregó, en una pequeña rueda con estos últimos, algunos detalles sobre otros temas como presupuesto, obras de refacción, y proyectos de vinculación con la comunidad. El ministro de cultura Angel Mahler estuvo presente sólo unos minutos, pero coincidió con Telerman en definir a la programación venidera como “intensa”. Este último confirmó además algo que se suponía: que aún no hay fecha de inicio de las obras del Teatro Alvear, uno de los que integran el CTBA, que está cerrado hace casi 1250 días.

“Lo bueno del teatro público es que nosotros programamos obras sin saber qué piensa el público y a quién vota. Es como si por un rato, por un par de horas, hiciéramos un acuerdo para compartir esa experiencia artística. Y cuando se prenden las luces nos preguntamos por qué eso que sucede y es posible en el arte no sucede también en la sociedad. En esa dirección irá la programación”, expuso Telerman, que prometió las obras “invitarán a la reflexión, a las preguntas, al cuestionamiento, más que a garantizar certezas”. 

Según explicó, cada teatro tendrá una marcada línea estética y “argumental”. El San Martín tendrá “textos potentes y poderosos”, como por ejemplo El casamiento, de Witold Gombrowicz, con dirección de Michal Znaniecki; Esperando a Godot, de Samuel Beckett, por Pompeyo Audivert; Cae la noche tropical, de Manuel Puig, con dirección de Pablo Messiez; y Tres veces al amanecer, de Alessandro Baricco, por Mónica Viñao. En el Regio se verán “grandes clásicos con una mirada muy contemporánea”, como Un enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen, en versión de Lisandro Fiks; Blum, de Enrique Santos Discépolo y Julio Porter con dirección de Mariano Dossena; y Madre Coraje, de Bertolt Brecht, por José María Muscari, entre otros espectáculos. En el de la Ribera, por su parte, será el turno de “la experimentación”, con una programación que comenzará con Striptease, una producción “literal” con cuatro directores: Alfredo Arias, Maricel Alvarez, Florencia Vecino y Pablo Rotemberg. Por su parte, el Sarmiento tendrá un año “exclusiva y excluyentemente femenino”, con programación conformada por obras de dramaturgas, directoras y actrices mujeres en su mayoría. Ese anuncio sucede luego de un relevamiento que informó que este año sólo el 36 por ciento de las contrataciones del complejo fueron para mujeres.

Del Teatro Presidente Alvear, el último de los que componen el complejo formado en el 200, durante la conferencia que se llevó a cabo en la Sala Casacuberta Telerman no dijo ni “a”. Sólo se refirió al tema cuando fue consultado, a la salida, por un grupo de periodistas que le preguntaron por el gran faltante. “Es la pregunta del millón, lo sé. Pero la obra no depende de la dirección del teatro y ni siquiera del Ministerio de Cultura, sino del (Ministerio) de Desarrollo Urbano, por eso no puede definirlo yo. Pero se calcula que desde el momento en que empiece la obra van a ser ocho meses hasta que se reinaugure, porque no va a ser sólo un arreglo sino una reconstrucción total”, precisó el funcionario, que estimó el inicio de la misma “a comienzos del 2018”. De cumplirse, el cálculo coincidiría con la estimación que el mismo funcionario hizo en la presentación de la temporada de este año, a fines del pasado, cuando señaló que esa sala estaría terminada “para finales de 2018”.

Tampoco habló en público del San Martín en los Barrios, aquella carpa itinerante que se inauguró cuando el teatro homónimo estaba cerrado y que supuestamente iba a continuar cuando éste abriera, cosa que no ocurrió. “Justo antes de ayer tuve una buena noticia, que es que las autoridades (de la Ciudad) me consultaron qué presupuesto se necesitaría para que vuelva a funcionar. Ojalá. Me encantaría. No está congelada, está parada por ahora”, expresó sobre la sala que funcionó por última vez el año pasado. Y agregó: “Hemos gastado hasta el último centavo de nuestro presupuesto, como debe ser, por eso para que funcione necesitaríamos una partida extra a la que tiene el complejo”.

Lo que sí anunció Telerman, además de las obras nacionales que se verán en los teatros, fueron los proyectos de cooperación internacional que se harán durante 2018. Así como este año Francia fue el país invitado, el próximo habrá espectáculos uruguayos e ingleses, que se producirán en conjunto en su mayoría con organismos también públicos de esos países. En la conferencia de ayer, de hecho, varios funcionarios de esos espacios estuvieron presentes cuando el director detalló las cuatro coproducciones que habrá con directores y elencos uruguayos, y las tres que habrá con los que denominó “partners británicos”. “Todo eso va a resultar muy estimulante para consolidar a los públicos tradicionales del complejo y para conquistar nuevos”, proyectó.

Sobre el final de su encuentro con periodistas, el exjefe de gobierno porteño adelantó la que podría ser una noticia muy importante para los próximos meses: la idea de que el CTBA, y en especial el San Martín, vuelvan a tener un elenco estable que funcione en una de sus salas. “Estamos yendo cada vez más hacia esa idea. No quiero decir mucho porque no está aún definido, pero en lo personal me interesa mucho. Quizá pueda anunciarlo de manera oficial en los próximos meses”, dijo, y adelantó que, de oficializarse, la compañía estable sería conformada por concurso, tanto en los roles de dirección como en su cuerpo de actores y actrices, con cargos rotativos por determinados períodos de tiempo. “Es un proyecto en conversación que a todo el mundo le gusta”, aseguró.