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Comunicación y política

La trampa de las redes

Cada persona es su propio objeto de publicidad y su valor se mide por el grado de exposición que logra. Los mandatos de felicidad que impone la sociedad. La (in) comunicación basada en la superficialidad y el culto al narcisismo. La indignación y el “me gusta” suplantan la militancia y el compromiso político en busca de la transformación.