Omitir para ir al contenido principal

Carta abierta e íntima al Presidente 

Ante todo y como usted observará, no lo llamo Javier, ni Javo, porque no soy su amigo. Soy sí, y en cambio, un ciudadano raso al que usted tampoco llamará por su nombre propio.

(Matías Campaya/EFE)

Temas en esta nota: