Durante los últimos meses dos películas muy disímiles ayudaron al público a reencontrarse con sendas figuras que supieron dominar las pantallas de cine y la tevé de los años 80 y 90, además de las portadas de revistas muy populares, cuando sus rostros y cuerpos eran lozanos y exitosos. Ambos largometrajes, de maneras que no podrían ser más opuestas, reflexionan sobre el paso del tiempo y las ansieDemi Moore en La sustancia y Pamela Anderson en The Last Showgirl, que en nuestro país ya puede verse en plataformas de alquiler como Flow con el título La última gran actuación. Dos películas construidas teniendo en cuenta las respectivas carreras de las actrices y que -dato nada menor- han vuelto a ubicarlas en el centro de atracción cinematográfico y mediático