Nuestro ministro de Economía, Toto Caputo, no suele visitar la teoría económica. Es un hombre práctico, con el nivel de inteligencia de un cuevero. Su explicación de la corrida actual es que fue generada por la oposición, con plata de la corrupción.

Incluso llegó a responsabilizar a Máximo Kirchner al decir “los millonarios giles que juegan a la Play”. Como esa descripción podría incluir a muchos de sus propios votantes, Majul tomó coraje y se animó a hacer una repregunta retórica para confirmar al aludido.

Si también piensa que “se robaron un PBI”, entonces es entendible el pánico que debe tener el ministro por estas horas: una oposición con ese poder de fuego fácilmente puede torcerle el brazo al BCRA. Del que nadie esperaba nada, nada está haciendo, pero fue suficiente para poner entre las cuerdas al “Messi de las finanzas”.

La realidad -y la teoría-, no son tan maniqueas como el ministro percibe y actúa, pensando que todos son de su condición. Será importante que los libros de historia puedan distinguir que la turbulencia cambiaria en Argentina empezó antes del Trumpxit. Precisamente, no por algo que haya dicho la oposición, sino por la bocota del propio Caputo, que torpemente no supo cómo contestar una pregunta de Laje, poniendo en duda la continuidad del régimen cambiario, cuando hasta a los sojeros los habían conformado con la promesa de un carry, en vez de bajarles las retenciones.

En rigor, el gobierno está poblado por torpes declarantes, empezando por el Presidente que anunció un nuevo acuerdo con el FMI, después de haberse jactado todo el año 2024 que no tenían dicho apuro. Otra declaración que trajo ruido -por no decir que desató la corrida-, fue poner fecha a la salida del cepo

Milei piensa que ello haría caer el dólar a 600 pesos, pero el mercado anticipa una disparada, habiendo reservas netas negativas. Incluso las reservas brutas son inferiores a los depósitos en dólares. Hasta Domingo Cavallo, como un redimido Hannibal Lecter de la economía argentina, dio pistas desde la clandestinidad de su blog para advertir a los ahorristas (otrora sus víctimas despellejadas en el corralito) que el gobierno de Milei estaba quemando los dólares de sus depósitos para intervenir en las cotizaciones.

No son solo las declaraciones, también es la política cambiaria y aperturista. Los depósitos en dólares privados crecieron a partir del blanqueo, pero desde entonces iniciaron una caída sostenida que ya les llevó a perder más de un tercio de lo ganado.

Ahora se anuncia como un hito la entrada de dólares frescos del FMI, pero son apenas una fracción de lo conseguido por el blanqueo, sin que este haya servido para evitar que se perdieran 8.500 millones de dólares de las reservas, 3.000 millones en marzo. El agravante es que los dólares prestados implican la vuelta al tutelaje del FMI. El monto luce aun más impotente frente al inicio de una crisis económica mundial, donde los países periféricos suelen ser los más castigados, tengan o no superávit fiscal.