El exembajador argentino en Roma Roberto Carlés lamentó la muerte del Papa Francisco y analizó el particular escenario que se abre en el Colegio Cardenalicio, que deberá elegir en las próximas semanas un sucesor. "Deja un legado enorme para el mundo", evaluó el jurista y diplomático.

Francisco deja un legado enorme para el mundo, para la Iglesia. Dejó abiertas un montón de puertas. Siempre decía que muchos resultados que quería ver, no iba a poder verlos. Por tiempo, porque a veces cuesta”, evaluó Carlés en declaraciones a la AM 750.

“Pero que él estaba contento si dejaba en marcha procesos irreversibles. Y creo que eso lo logró con la doctrina social de la iglesia, con una visión más humana, con la inclusión de mujeres en lugares estratégicos, con una apertura a quienes se han sentido excluidos de la Iglesia”, añadió.

Esto abre un escenario particular. “Dejó un montón de temas sobre los que la Iglesia tiene que seguir avanzando, pero que él inauguró y que son irreversibles. Los procesos están en marcha. Para el mundo fue un líder excepcional”, añadió.

En este contexto el Colegio Cardenalicio deberá elegir nuevo Papa. Y si bien más del 70 por ciento del colegio de cardenales fue elegido por Francisco, según Carlés, “esto no implica que quien lo suceda sea un Francisco II”.

“Cada uno tiene su personalidad, sus prioridades, sus matices. Siempre dentro del gran cuadro que es la doctrina social de la Iglesia. Después está dónde se pone el énfasis. Si en lo humano, en lo moral, en lo social”, afirmó.

Por eso, adelantó: “Creo que ahora va a venir un cónclave sin precedentes. Porque tiene un número récord de cardenales, provenientes de distintas partes del mundo, de lugares donde nunca hubo cardenales. Es un colegio mucho más plural, con mucha más diversidad, y con muchos que no se conocen entre ellos”.

Tras lo que finalizó: “Por lo que va a ser muy importante lo que pase en las primeras reuniones. Me cuesta mucho imaginar una postura de quiebre y ruptura. Esos escenarios con un Papa ultra no creo que vaya a ocurrir, porque sería suicida para la Iglesia”.