En 2009, la industria cinematográfica presenció uno de los mayores éxitos de taquilla de la década: Avatar, dirigida por James Cameron. Aunque Matt Damon no formó parte del elenco, el proyecto destacó por su espectacularidad visual y enfoque innovador. Sin embargo, el proceso de selección del reparto no estuvo exento de desafíos, ya que el director había considerado al actor desde las primeras etapas del proyecto.
Una oferta difícil de rechazar
James Cameron, conocido por su habilidad para crear éxitos taquilleros, identificó a Matt Damon como su primera opción para el papel protagónico en Avatar. Damon, reconocido por su trabajo en la saga Bourne, parecía encajar perfectamente en la visión del director. Cameron no solo le ofreció un salario considerable, sino también el 10% de las ganancias futuras de la película, un incentivo que, dado el alcance del proyecto, representaba un beneficio extraordinario.
"Matt es una de las grandes estrellas de Hollywood y habría sido un honor trabajar con él en Avatar", declaró James Cameron. Pese a la propuesta, Matt Damon decidió rechazarla debido a compromisos previos vinculados a la filmación y promoción de las películas de Bourne.
La encrucijada de Damon
La disyuntiva que enfrentó Matt Damon fue compleja. Honrar sus obligaciones contractuales con la franquicia Bourne implicaba perder una oportunidad única, tanto en términos económicos como profesionales. En múltiples declaraciones, el actor ha admitido que, aunque el papel en Avatar habría sido un impulso para su carrera, su sentido de responsabilidad lo obligó a priorizar a su equipo existente.
"No podía abandonar al equipo de Bourne. Estábamos en plena producción", explicó Damon. Esta postura refleja un profesionalismo poco frecuente en una industria que a veces valora más los logros individuales que las dinámicas colaborativas.
El impacto de las decisiones
Con los años, Matt Damon ha reconocido que su elección, aunque difícil, le aportó aprendizajes significativos. El éxito histórico de Avatar, tanto en crítica como en recaudación, ilustra lo que pudo haber obtenido. Aun así, el actor mantiene una posición sólida en Hollywood, respetado tanto por su talento como por sus principios.
La decisión de Damon permitió que Sam Worthington, entonces un actor relativamente desconocido, asumiera el papel protagónico. Tras el estreno de Avatar, Worthington alcanzó fama global y la película se estableció como una de las más exitosas de la historia.
James Cameron ha señalado que las oportunidades en el cine pueden transformarse por decisiones que, en su momento, parecen cuestionables. Aunque Damon no participó en el proyecto original, la puerta sigue abierta para su posible participación en futuras secuelas, lo que podría completar una colaboración postergada desde aquella oferta inicial que incluía un porcentaje de las ganancias de un hito cinematográfico.