“La ciudad está en obra”, celebra Juan Manuel Ferrer. Es el subsecretario de Obras Públicas de Rosario y tiene a su cargo un proyecto que, entiende, nos acerca a la ciudad del futuro: el programa Rosario 300, que engloba a todas las obras del Tricentenario. La iniciativa aborda un eje histórico, que busca poner en valor la manzana fundacional, y un eje de la innovación, con epicentro en el río y la zona de los galpones “que apunta al futuro de la ciudad”. En diálogo con Rosario/12, el funcionario destacó que la estabilidad lograda en materia de seguridad, sumado al cuidado de los recursos, posibilitan la proyección urbana de Rosario: “Esto nos va a permitir tener una mirada de hacia dónde va la ciudad”.

- ¿Qué mirada tiene del plan marco de obras que se anunció?

- La ciudad está pasando por un momento muy particular, donde puede permitirse pensar transformaciones para modernizar la ciudad. Tal vez esto, unos años atrás, hubiese sido impensado, porque se atravesaba otra realidad vinculada a la seguridad. No es que eso esté resuelto, pero sí hay una amplia fuerza del Estado trabajando sobre el Plan Bandera, coordinado entre municipio, provincia y gobierno nacional, que libera la posibilidad de pensar en el día después. Ese día después, es la vida de la gente. Es transformar los espacios públicos que son una referencia en la ciudad de Rosario desde hace mucho tiempo.

- ¿Por qué son importantes estas obras?

- La ciudad merece transformaciones urbanas cada determinada cantidad de tiempo. En general, se dan cada diez o quince años. Son momentos en donde deben aparecer proyectos urbanos que acompañen el crecimiento de la ciudad y la realidad que se está atravesando. Nosotros tenemos una ciudad de más de un millón de habitantes con distintas realidades en su territorio, pero con una característica marcada que es ser centro regional del país, donde muchos vecinos de la región se acercan a pasar un fin de semana, y ni hablar los propios rosarinos que son los que más tienen la posibilidad de aprovechar de los distintos espacios públicos. Esos proyectos urbanos son importantes porque elevan la mirada y, de alguna manera, marcan un hito. Hay muchas acciones que son de mantenimiento y restauraciones del pasado, pero que también están vinculadas con la innovación y la tecnología. Esto nos va a permitir tener una mirada de hacia dónde va la ciudad.

Juan Manuel Ferrer. Subsecretario de Obras Públicas de Rosario
 

 

- ¿Esa estabilidad conseguida en materia de seguridad es la que permite realizar este plan de obras?

- Son varios los ejes que, una vez estabilizados, permitan esta realidad. Pero ese fue el fundamental: si la gente no tiene la posibilidad de salir de la casa con tranquilidad, difícilmente pueda disfrutar un parque público. También hay un segundo punto que es el cuidado de los recursos, para que cada peso que se pueda ahorrar termine en una obra específica. Hay un decreto de austeridad firmado por el intendente Pablo Javkin, donde se define qué estructura del Estado se puede achicar sin perturbar la planificación de la ciudad, manteniendo un nivel de inversión en cultura, en desarrollo humano, en salud. Creo que esos dos factores son los determinantes. Y el tercero es tener un proyecto: por más recursos que tengamos, si no hay un proyecto no se puede ejecutar nada.

- ¿En qué consisten las obras del Tricentenario?

- Las obras están divididas en dos ejes: uno es el de la innovación y el otro es el histórico, que engloba todo lo que es la manzana fundacional y los edificios que dieron inicio a la ciudad. Ahí tenemos la intervención sobre la plaza 25 de Mayo, la Catedral, el Palacio de los Leones, el Pasaje Juramento y la fuente de Lola Mora, que termina vinculado a otro financiamiento, que es la intervención sobre el Monumento Nacional a la Bandera. Todas estas obras componen el eje histórico, son edificios que tienen más de cien años y cuentan con algún deterioro por el paso del tiempo. Como patrimonio cultural histórico de la ciudad, creemos necesario que vuelvan a estar en el lugar que corresponde.

El intendente Javkin anunció una nueva costa ribereña.
 
 

 

- ¿Se va a modificar mucho la imagen del casco histórico que conocemos?

-La plaza 25 de Mayo es la conexión de la peatonal Córdoba con el Pasaje Juramento. Todo eso va a tener una intervención muy interesante porque no solo mejora la superficie de plaza existente, sino que se agrega un anillo por debajo, siendo un puente de conexión entre estos espacios. Es una intervención que mantiene, con mucho respeto, la lógica de plaza tradicional que tiene, pero potencia su espacio para el futuro. La otra obra que ya está en marcha es la mejora de la Catedral, que es un espacio que visitan muchos rosarinos y rosarinas de forma permanente. En el Pasaje Juramento también están iniciándose las obras: va a haber una transformación completa del piso y el objetivo es poner en funcionamiento la fuente de Lola Mora, para lograr ese escenario de esplendor que tenía cuando se inauguró. Son obras que van a permitir transitar esos espacios de otra manera. Si bien hay un cambio en los materiales y en la tecnología que se usa, no transforma de fondo el fin, ni por supuesto la arquitectura, con la cual fue proyectada en su momento.

- ¿Qué es el eje de la innovación?

-Ahí sí se genera una transformación más importante. Es la otra parte de las obras del Tricentenario, que pone el foco en la cultura y en los jóvenes. Por eso se tomó el  Cultural Fontanarrosa como inicio de estas obras. Desde ahí, a través de la peatonal San Martín, se genera un vínculo con lo que son los galpones y la zona joven del río, que es donde se concentran las obras más importantes de este eje, que apunta al futuro de la ciudad. Una de las obras es una experiencia inmersiva en uno de los galpones donde, a través de un simulador, vamos a poder subirnos a un tranvía que nos lleva a momentos históricos de nuestra ciudad. A eso se le suma la Tecnoteca, un espacio que piensa el vínculo entre los niños y jóvenes, con la cultura local. A la par de todo esto estamos iniciando la obra sobre la Rambla del Tricentenario, que es la mejora de toda la lonja que está entre el río y los galpones, que hoy está muy deteriorada. Además, se proyectó una gran cubierta con materiales reflejantes, que va a ser un nuevo balcón hacia el río Paraná y un nuevo espacio de encuentro para Rosario. 

- Son obras que se ponen en marcha en forma simultánea. ¿No puede generar un entorpecimiento al funcionamiento diario de la ciudad?

- La ciudad está en obra. Las obras del Tricentenario tienen dos focos bien concentrados. En las obras que están sobre el río hay lugar disponible para obradores o el trabajo de los operarios. Otras acciones se hacen puertas adentro, como la Tecnoteca, y no generan inconvenientes de ese tipo. Sí se hará de manera tradicional la ejecución de la rambla, porque no hay otra forma de hacerlo, pero la intención es que, mientras tanto, la ciudad viva de la manera más normal posible. En cuanto a la manzana fundacional, tanto el municipio como la Catedral, están abiertos. Sí se va a cortar en algún momento la circulación sobre el Pasaje Juramento, porque hay que levantar el piso. En la plaza 25 de Mayo, como su intervención es integral posiblemente esté vallada, pero tratando de que no modifique el movimiento de la ciudad.

- En el listado hay obras que mejoran espacios históricos o innovan a futuro. ¿No desentona ahí las Islas de sombras en las peatonales? ¿Por qué se incluyeron?

- Porque las peatonales son los dos ejes que unen tanto la parte histórica, como la parte de innovación que va hacia los galpones y el río. En este caso, la peatonal tiene un gran déficit en los momentos de mucho calor, por la temperatura que levanta. Es por eso que aparecen estas islas de sombras. Es una ordenanza que estuvo regulada por el Concejo y que teníamos que poner en marcha. Tuvo un arranque que debimos reevaluar, pero para el próximo verano ya estaremos en condiciones de contar con espacios donde la gente pueda tomar un descanso a la sombra y que el tránsito no sea tan duro en esos momentos.

- La crítica de la oposición es que las obras están nucleadas en el centro. ¿Qué responde a eso?

- Son obras sobre espacios comunes de la historia de la ciudad, porque es lo que se quiere valorizar en esta fecha en particular, que es el Tricentenario. Pero la ejecución de obras que estamos llevando adelante en los barrios es realmente mucho más importante. Lo que se va a invertir en el centro no tiene ningún correlato con la inversión que ya tienen los barrios de la ciudad. El foco de la centralidad no se puede evitar, porque hay otra lupa sobre esa zona. Lo cierto es que la inversión en barrios durante el último año y medio es histórica en Rosario. Y me animo a decir que cuando se terminen estas obras, la ciudad va a ser otra y eso nos va a elevar la vara para poder ir por más proyectos.

- ¿En qué fecha estará la ciudad "remodelada"?

- La intención es poder avanzar con todas estas obras para octubre. Trabajamos a destajo para poder llegar. Muchos de estos proyectos ya estaban armados, en otros había que generar las licitaciones y terminar de diseñarlos. Eso lo hicimos en un tiempo record. Creemos que gran parte de ellas se van a terminar para principios de octubre. Si le sumamos las obras vinculadas a los Juegos Suramericanos, se vienen dos años intensos de trabajo. Pero es un esfuerzo que queremos hacer para poner a Rosario en el lugar que merece y que sea la ciudad pujante y moderna que todos queremos.