Judy Garland 

“Over the Rainbow”

1939

En su tercer libro, Cada canción contiene un mundo, publicado en español por la editorial Contra, Jeff Tweedy retoma episodios de su biografía a partir de una selección de cincuenta canciones de artistas que admira. El tema principal de El mago de Oz le permite recordar momentos de su infancia junto a su madre, los dos en un sofá en altas horas de la noche, viendo la película en pijamas: “Pienso en mi mamá viendo cantar a Judy y en mí viendo a mi mamá a través de las volutas del humo de su cigarrillo, azules por la luz de la televisión”, escribe. “Pienso en lo feliz que me sentía de verla tan diferente, sabiendo lo importante que era para ella retrotraerse a otro lugar, aunque solo fuera por un momento. Es uno de los recuerdos más perfectos que guardo de mi madre, y es una canción perfecta. Nadie compondrá jamás una mejor”.

Aphrodite’s Child

“Loud, Loud, Loud”

1972

“Sé lo que se siente cuando algo incomprensible aterriza en tu cabeza”, escribe Tweedy antes de dar cuenta del efecto que tuvo en él, a sus nueve, recibir la misteriosa caja de discos que su hermano mayor coleccionaba y le dejó a cargo cuando se fue de su casa. “Y no me limité a poseerlos, los escuché. Me los aprendí”, recuerda con orgullo de melómano precoz. La caja, entre otros, contenía vinilos de Amon Düül II, Kraftwerk, Tangerine Dream, Patti Smith o Aphrodite’s Child, la mítica y fugaz banda que Vangelis y Demis Roussos crearon a finales de los sesenta y que hizo estallar la cabeza del pequeño Jeff: “En esos discos, y en los siete pulgadas de los Monkees y del sello Motown que heredé de mi tía y mi hermana mayor, están condensados casi todos los pasos que di en mi vida a nivel musical”.

Suicide

“Frankie Teardrop”

1977

En una de esas jornadas televisivas infantiles de trasnoche junto a su mamá, Jeff descubrió un programa de música en vivo que en una ocasión recibió a Suicide, el hipnótico dúo de Alan Vega y Martin Rev. Tweedy recuerda la sensación de miedo y fascinación aquella noche frente a la TV (“Alan Vega suena como si no tuviera elección. Si tiene que escuchar los gritos tortuosos de un asesino asesinado que grita desde las profundidades del infierno, se entiende que lance hacia nosotros una garra desde su tumba”) y termina con un consejo: “No le pongas esta canción a tu hijo adolescente si vas conduciendo por una carretera rural oscura mientras lo llevás de vuelta a casa después de una pijamada frustrada. Sé de alguien que hizo eso mismo (yo), y casi una década después sigue saliendo a colación cuando se cuestiona mi criterio como padre”.

The Staple Singers

“I’ll Take You There”

1972

“Hay algo que cualquiera que haya venido a nuestra casa sabe”, cuenta en la última entrada del libro. “En algún momento de la noche, Susie encenderá la fonola y hará que suene el tema que inaugura de manera ceremoniosa cualquier fiesta de baile en casa de los Tweedy: ‘I’ll Take You There’, de The Staple Singers. Un ritual que empezó antes de que tuviéramos relación alguna con la propia Mavis”. Esa relación comenzó en 2010 cuando le produjo su disco You are not alone, que la llevaría a ganar su primer Grammy como solista. En otro de sus libros, Tweedy también cuenta que cuando Dylan invitó a Wilco en 2013 como banda soporte, lo primero que Bob le dijo al acercarse a saludar fue que le mandara saludos a Mavis y que lamentaba que no se hubieran casado cuando tuvo la oportunidad. Cuando se lo contó, ella respondió: “Decile a ese bombón que estoy disponible”.