La filósofa y escritora Tamara Tenenbaum pasó por el estudio móvil de la 750 en la Feria del Libro 2025 y habló sobre la vertiginosidad del debate público, la sobreinformación y la derecha global. 

"Uno siempre exagera el presente que está viviendo. Siempre sentimos que las cosas son más frágiles ahora que lo que eran en otro momento", comenzó Tenenbaum, quien recientemente estrenó la segunda temporada de El fin del amor, la serie que coescribió y que está basada en su libro homónimo.

En esa línea, Tenenbaum analizó el presente de la Argentina en relación con la vigencia de las democracias en el mundo y la conquista de derechos de minorías políticas, como la comunidad LGTB y el movimiento de mujeres. 

"Todo está siempre a punto de quebrarse en cualquier democracia real", desdramatizó la escritora y guionista. "Ahora, por la sobreinformación, hay una presión todo el tiempo para que haya un debate nuevo, entonces nos mareamos con cosas que importan hoy, por quince segundos, pero que mañana no existen más". 

Los avances tecnológicos que permitieron, por ejemplo, la digitalización de la prensa, llevaron a que se modificaran las formas en las que nos informamos, y eso tuvo un impacto directo en la opinión pública. "Antes el diario tenía una tapa que tenía diez noticias. Hoy una home se renueva cada diez minutos. No puede tener diez noticias, tiene que tener cincuenta. Eso genera mucho falso debate", ejemplificó Tenenbaum. 

Y agregó: "Uno puede azorarse más o menos por el progreso tecnológico, pero las preguntas son siempre las mismas: ¿cómo vamos a vivir personas tan diferentes en un mundo tan extraño? ¿Cómo vamos a distribuir los recursos entre las personas y que más o menos le cierre a todo el mundo? Son las mismas preguntas hace cien años". 

En se sentido, Tenenbaum matizó la idea de que en las redes sociales se reproduce "odio". Para la autora de Nadie vive tan cerca de nadie (2020), lo peor de los smartphones es la cantidad de horas que pasamos al día usándolos, sumado a la dispersión que nos generan. "Nos autoengañamos diciendo que es por trabajo, pero no es verdad, es completamente adictivo y nos hace mal", subrayó, en diálogo con Escuchá Página/12

Las derechas, el progresismo y la política argentina

La capacidad de interpelar o incluso de presentar una idea de futuro seductor es una de las críticas más habituales al progresismo por estos días. En comparación, la derecha, con su representación en la política partidaria pero también en millonarios que intervienen en la opinión pública, logró, en principio, capturar la atención. "La derecha tiene opciones de futuro muy claras, están yendo a Marte", señaló Tenenbaum. "Lo entiendo: si yo fuera un chico de 14 años me entusiasmaría mucho más Elon Musk que cualquier otro líder que habla de cosas más mundanas, como un salario mínimo", sopesó la filósofa. 

La modestia de las utopías progresistas, el acceso a una vida de clase media, una democracia que no está en estado de guerra permanente: todo quedó en disparidad con los parámetros narrativos de la derecha. "Entiendo perfecto que hay cosas más excitantes", consintió la guionista y escritora. "Es difícil venderle a la clase media que lo que tiene que hacer es pensar en otra gente. Hoy el mundo tiene que eliminar la pobreza extrema, y quizás no es sobre tu milímetro de vida", agregó Tenenbaum. 

Pero la sensación de que todo es más precario atenta con la posibilidad de salir del ensimismamiento, porque la posibilidad de perderlo todo está siempre presente. "Lo que crece es una sensación de una clase media que antes no se sentía precaria y hoy sí, que siente que tiene lo mismo que tenía antes, pero atado con alambre. ¿Tiene una casa? Sí, pero puede que no la tenga más. ¿Tiene un trabajo? Sí, pero en cualquier momento no. Y eso genera una neurosis social muy particular. Gente que no es pobre de ninguna manera, en ninguna calificación, pero puede serlo todos los días", analizó la autora de Un millón de cuartos propios (2025).  

Por último, Tenenbaum hizo hincapié en la necesidad de discriminar una discusión real del ruido. "Los gobiernos de derecha han descubierto, o ya lo sabían, que hablar de echar migrantes y homosexuales es más tribunero que hablar de otros temas", dijo. "Creo que son movimientos complejos y los avances y retrocesos son más que la foto que hoy puede ser una, pero cuánto va a durar esto no lo sabemos. De hecho la derecha argentina tiene figuras femeninas muy fuertes. No diría que son feministas, pero de ninguna manera diría que las mujeres no tienen un lugar importante en el gobierno de (Javier) Milei", finalizó.