Durante sus ocho temporadas, Game of Thrones no solo atrajo a millones de espectadores, sino que también fue el escenario de momentos memorables entre los actores del elenco.
Kit Harington, conocido por su papel de Jon Snow, y la joven actriz Bella Ramsey, quien interpretó a Lyanna Mormont, revivieron recientemente una experiencia única que definió su relación en el set. En una entrevista reciente, ambos reflexionaron sobre el debut de Ramsey en la serie y su primer encuentro, un momento que marcó sus carreras.
Lyanna Mormont y su primer encuentro
Fue en la sexta temporada cuando los fanáticos conocieron a Lyanna Mormont, la firme gobernante de la Isla del Oso. Con solo 11 años, Bella Ramsey llegó al set lista para asumir un papel de liderazgo, del que se comentaba que "brillaba" frente a sus colegas más experimentados.
Durante su escena clave junto a Kit Harington, Ramsey reveló que susurró las líneas de su compañero, un gesto bienintencionado que el actor ahora recuerda con humor y admiración. "Fue humillante pero inspirador", admitió Harington, quien reconoció haber subestimado a Bella Ramsey en ese momento. La falta de experiencia previa de la actriz le permitió aportar una frescura genuina al set.
Los desafíos de la fama y el éxito
Harington y Ramsey también hablaron sobre las presiones de la fama. Tras Game of Thrones, Kit confesó haber enfrentado dificultades emocionales al adaptar su vida personal a la notoriedad. "Tuve que encontrar formas saludables de afrontar mi nueva realidad", compartió, destacando el apoyo de su esposa, Rose Leslie, durante ese proceso.
Ramsey, por su parte, señaló que la fama puede ser efímera si no se mantiene activamente. Aunque inicialmente le preocupaba el impacto de futuros roles, como en The Last of Us, entendió que la atención pública puede desvanecerse al elegir una vida alejada de los reflectores.
Lecciones y reflexiones de una gran producción
En su conversación, Harington resaltó la seguridad y claridad de Ramsey durante su actuación. Para él, las lecciones de su colaboración fueron tan valiosas como las del guion. Trabajar con una joven actriz que, sin proponérselo, sacó lo mejor de él, le enseñó humildad.
Para Ramsey, la experiencia significó adentrarse en un mundo sin expectativas previas, asumiendo un rol que definiría su carrera. Confesar que susurraba las líneas de Harington reflejó tanto su deseo de ayudar como una perspectiva infantil que ahora mira con humor y algo de arrepentimiento. Ambos actores, ahora consolidados en sus proyectos, reconocen que su tiempo en Game of Thrones les permitió crecer y aceptar sus realidades, recordando que a mayor desafío, mayor recompensa.