"La obra de mi papá cada vez me parece más renovadora y más nueva. De hecho, es un cine que nos lleva para el futuro", definió Nicolás Favio, hijo del icónico cineasta y músico Leonardo Favio, durante la presentación del libro en homenaje a su padre que tuvo lugar el viernes en el stand del Grupo Octubre, en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. "Fue el padre más tierno y dulce que cualquier ser humano pueda tener", dijo luego, con lágrimas en los ojos, en ocasión del lanzamiento de Favio: Nadie puede olvidarlo (2025, Octubre), un libro colectivo coordinado por Silvina Pachelo y Norberto Galasso. La publicación cuenta con textos del propio Galasso y una media docena de críticos y estudiosos de la obra del autor de Nazareno Cruz y el lobo (1975).
Durante la presentación, frente a cientos de curiosos y curiosas que se acercaron al stand, también disertaron la actriz y cantante Virginia Innocenti, y el cineasta, crítico y docente Lautaro García Candela, quien escribió para el libro un ensayo sobre la película Fuiste mía un verano (1969). "Favio es una persona admirable no solo como cineasta y cantante, sino también como alguien que interviene en la discusión pública. Era un intelectual, aunque renegara de eso. Porque tenía posiciones muy claras e intervenía con sus propias ideas y sin casarse con nadie”, resaltó García Candela. “Si hay algo que me parece espectacular de Favio es su excentricidad no solo a la hora de filmar, sino también de posicionarse estética y políticamente. Siempre estuvo en un lugar incómodo, nunca fue peronista oficialista, sino que era polisémico”, consideró el joven cineasta,
“Y en términos estéticos, primero tuvo una parte vinculada al nuevo cine argentino y europeizante, y posteriormente fue a un lugar totalmente excéntrico y original”, continuó. "Favio tuvo la suerte, el genio o la intuición de conectar de manera muy directa con algo que no tenía nada que ver con los medios de esa época. No era una película que echara mano a lenguajes conocidos, entonces eso es lo excéntrico de su obra. Tenía una manera muy libre de relacionarse con las cosas y lo popular era su propia musa".
"Leonardo era al mismo tiempo encantador y bravísimo. Era como un niño eterno, en el mejor sentido. Porque no estaba dispuesto a abandonar su capacidad lúdica. Por eso fue tan irreverente y no se casó con nadie. Lo que resulta excéntrico es lo que más simpleza tiene. Eso es muy extraño. Porque se dio todos los permisos narrativos, incluso reversionó su propia obra", sostuvo Innocenti, quien interpretó el papel de Nora en la película Gatica, el Mono (1993), luego de un intenso casting. “Esa película marcó el rumbo de mi carrera, porque después me llamaron siempre para hacer personajes fortísimos”, confesó la actriz.
Uno de los aspectos que destacaron los disertantes en la charla es que Favio tenía la capacidad de construir personajes y contar historias con personas que no se dedicaban a la actuación. “¡Monzón le tenía miedo a mi papá!”, exclamó Favio hijo y desató las risas del auditorio. “Eso me lo contó mi tío Horacio. Monzón era tremendo boxeador, pero si a mi papá había una escena que no le gustaba era capaz de meterle un cuchillo en la boca. Es una bendición para el mismo Carlos Monzón haber sido parte de esa película tan hermosa”, dijo en alusión a Soñar, soñar (1976), que logró sacar “el costado más tierno" del boxeador.
En clave intimista, Favio recordó los días de su infancia con su familia en Las Catitas, Mendoza. “Yo tuve una infancia hermosa en el campo. En esa época, mi papá no podía cantar ni filmar, entonces se le dio por hacer un viñedo en un campo de treinta hectáreas. Tuve la fortuna de tener una infancia extasiada de colores, andar a caballo, subirme al tractor y cosechar la parra”, rememoró el también músico. “También tuve la fortuna de ser parte de Aniceto (2008) con mi música. Jamás lo hubiera imaginado. Hasta el día de hoy me cuesta terminar de creer que ‘Canción de juventud’ entró en Aniceto. Me asustaba mucho escucharme. Pero un día la canción me tomó por sorpresa y pude disfrutarla sin tener la guardia en alto. Mi papá era muy bondadoso, pero en el arte no te regalaba nada. Si te tenía que decir 'esto no me gusta', te lo decía”.
"Me conmueve haber tenido su cariño y el de su familia”, enfatizó luego Innocenti. “Leonardo siempre me decía que hiciera todo lo que tuviera ganas de hacer. Ya entonces tenía ganas de empezar a cantar y dirigir. ‘Hacé siempre lo que sueñes, pero hablá de lo que conocés y hacelo desde el corazón y desde el artista. Sé muy fiel a vos misma’, me repetía. Y eso es lo que hice hasta el día de hoy en honor a uno de mis maestros, que fue Leonardo Favio. Incluso le robé algunas cositas en el modo de interpretar, fundamentalmente eso de darle cuerpo a la palabra. Él era un gran contador de historias, más allá del medio que usara para hacerlo, ya fuera una canción, una película o un discurso público”.
El final de la presentación tuvo un momento musical, espontáneo y emotivo. Favio hijo en guitarra e Innocenti en voz terminaron cantando a dúo "Amar o morir" y "El niño y el canario", dos clásicos del repertorio de artista mendocino. "Para mí no hay futuro sin pasado, por eso es tan importante su obra. Estoy seguro de que va a seguir conmoviendo a millones a través de sus canciones y su cine”, dijo el músico. “A diferencia de muchos directores del mundo, que tienen cuatro o cinco películas buenas, mi papá tiene un obra completa y es difícil saber cuál es la mejor. Por eso, es una obra que vivirá por siempre y seguirá alimentando a las nuevas generaciones", cerró.