En un triunfo inesperado facilitado por el escándalo, el demócrata Doug Jones ganó la elección en el estado de Alabama por una banca del Senado estadounidense, derrotando a su rival republicano y al presidente Donald Trump, que había apoyado al candidato Roy Moore pese a haber sido acusado de abusos sexuales a menores.

La victoria de Jones, un ex fiscal general del estado que se hizo famoso por haber logrado la condena de miembros del Ku Klux Klan por el fatal incendio de una iglesia en 1963, es a su vez una gran derrota personal para Trump que reduce la mayoría republicana en el Senado a 51 bancas contra 49 de los demócratas.

Esto pone en peligro las ya de por sí inciertas intenciones de los republicanos de sacar adelante una reforma impositiva, de salud y el presupuesto, y además inyecta una enorme dosis de confianza en el Partido Demócrata ante su meta de recuperar el control del Senado y la Cámara de Representantes en las elecciones del año próximo.

“Hemos mostrado no sólo aquí en el estado de Alabama, sino a todo el país, el camino a seguir, y que podemos estar unidos”, dijo Jones la noche del martes, horas después del cierre de las mesas, en su discurso de victoria en la ciudad de Birmingham ante decenas de partidarios que bailaron, cantaron y hasta lloraron de emoción.

Todavía visiblemente conmovido, el demócrata se esforzó por encontrar palabras para celebrar su éxito, luego de convertirse en el primer integrante de su partido que gana una banca del Senado por Alabama en 27 años. “Siento que he estado esperando esto todo mi vida, y ahora no sé qué diablos decir”, señaló, citado por la cadena CNN.

El ex juez ultraconservador Moore, en tanto, rechazó aceptar los resultados y hasta coqueteó con la posibilidad de exigir un recuento, durante una breve aparición en un sombrío acto en Montgomery, la capital estatal, que se suponía sería una fiesta.

“Esto no se terminó. Sabemos que Dios sigue en control” de la situación, dijo. Desde la Casa Blanca, Trump primero felicitó por Twitter a Jones por su “peleada victoria”, pero agregó que “los republicanos tendrán otra oportunidad respecto de esta banca en un muy poco tiempo. ¡Esto nunca termina”.

Más tarde, en un segundo tuit, el mandatario pareció intentar despegarse personalmente de la derrota de Moore, diciendo que no creía que pudiera ganar la elección y que por eso había apoyado primero a su rival en la interna republicana. “La razón por la que originalmente apoyé a Luther Strange (y su intención de voto subió poderosamente), es que yo decía que Roy Moore no sería capaz de ganar la elección. ¡Tenía razón! Roy trabajó duro, pero el destino le jugó en contra”, escribió.

Jones obtuvo un 49,9 % de los votos, contra un 48,4 % de Moore, que parecía destinado a obtener un fácil triunfo hasta que, ya siendo el candidato consagrado, fue acusado de abusos sexuales por ocho mujeres.

Los supuestos abusos, que el republicano negó, habrían ocurrido en la década de 1970, cuando algunas de estas mujeres eran menores de edad y Moore ya transitaba la treintena.

Aupado por Steve Bannon, el ex estratega en jefe de la Casa Blanca, Moore decidió seguir en la contienda en un momento en el que las acusaciones de abuso sexual sacudían Hollywood y el Congreso, terminando con la carrera de casi medio centenar de productores, congresistas, actores y periodistas.