Cynthia García cuestionó este martes en un duro editorial a la gestión de Javier Milei, a la que acusó de querer llevar al país a un estadío “pre-peronista”, donde la sociedad se vea obligada a naturalizar no solo la represión, sino la pobreza y el desempleo. En este contexto la conductora de La García ubicó los ataques –internos y externos– a Cristina Kirchner, con un claro intento de proscripción y aseguró que es hora de que el PJ empiece a responder a los trabajadores.

El editorial de Cynthia García

Mis compañeros recién hablaban sobre las idas y vueltas de General Motors, de los acuerdos paritarios del gremio de Comercio —el sindicato más grande en cuanto a afiliados del país—, y tiene que ver con la caída del poder adquisitivo. Estos números, que vamos a profundizar durante la mañana, implican que hay familias que se quedan sin trabajo.

Cuando el Gobierno no solo se corre de la homologación paritaria, sino que presiona para que no se efectivicen los aumentos de un encuentro paritario, se están afectando los cimientos de la representación sobre el trabajo. Es algo que se está visibilizando. Es la constante. No solo es un proyecto económico neoliberal para endeudarnos, para generar fuga de capitales, para fortalecer una macroeconomía que no tiene correlato en lo cotidiano, sino que viene a pre-peronizar el escenario laboral.

Eso fue el preperonismo. Eso pasaba antes del peronismo. No había ninguna posibilidad de pujar por la participación en la ganancia de los trabajadores, de pensar proyecciones laborales. El trabajador rural recibía el papelito y tenía que ir al mercado —donde el mismo patrón era el dueño— y retirar los bienes al precio que el dueño quisiera. No existía la ley del peón rural que el kirchnerismo aprobó en 2011.

El preperonismo es un mundo sin derechos laborales. Ni hablar de la discusión paritaria, que reinstala el gobierno de Néstor y de Cristina. Quieren desaparecer el trabajo. Y eso explica que tengan un ataque tan feroz contra el peronismo, contra Cristina, que viene en modos de acusación de pactos. Porque saben que no la pueden callar. Pero además de cercarla, de rodearla, de querer aprobarle una ley proscriptiva, del asedio mediático y la persecución judicial, quieren desperonizar este país.

Por supuesto, con el kirchnerismo afuera. Pero la propuesta es desperonizante. Lo preocupante es que muchas veces implosionan los propios espacios hacia adentro del peronismo. El peronismo tiene que empezar a responder. No al gobierno, no a una ecuación electoral, sino a la clase trabajadora. Empezar a cobrar fuerza frente a lo que se viene, que es la desaparición del trabajo tal como lo conocemos. La desaparición del trabajo como protectorio. Como en la encíclica papal de León XIII: el trabajo como dignidad y no como mercancía.

Esa es la respuesta que tiene que dar el peronismo. El peronismo y las izquierdas. Porque hasta ahí va la discusión a favor de los trabajadores. Hay que volver con más peronismo. Y más kirchnerismo es más peronismo, por más que le pese a los que se dicen peronistas y trabajan por un antikirchnerismo. Están trabajando en contra de todos estos derechos que estamos discutiendo.

Estaba leyendo algunos apuntes… se avizoraba desde 2023: la facturación frigorífica tiene una caída del 50 por ciento. Los mataderos que le venden a la carnicería las medias reses. La caída del PBI también está en picada, más allá del veranito financiero producto del endeudamiento. Es una tragedia lo que está ocurriendo. Una tragedia para los trabajadores y trabajadoras. No nos comamos la curva de que es una tragedia para todos. Para el sector agroexportador no lo es. No lo es para las energéticas.

Pero la deuda crece a pasos agigantados. Los supermercados tienen las playas de estacionamiento vacías. Ya no hay largas colas frente a las cajas. Ya no tiene sentido la caja con prioridad de paso, porque no se necesita prioridad. Se espera pocos minutos y te toca el acceso.

Crecerán las mineras, quizás. Crecerá el petróleo y el gas, para la ecuación exportadora de la energía. Pero aún los grandes núcleos de la producción argentina, como el acero y el aluminio, están resintiendo. Lo de General Motors es un dato que tiene que preocupar muchísimo: la suspensión de producción de autos en Santa Fe por la menor demanda.

¿Qué pasa con esta Argentina que quieren que sea preperonista? Que quieren que la pobreza sea normal. Que la gente coma mal, poco, salteado. Que el país sea de unos pocos ricos, y que los demás la pichuleen. A eso nos quieren llevar. No solo quieren que naturalicemos la crueldad, la represión, la hegemonía, la cartelización. Quieren que naturalicemos la pobreza.

Por eso quieren un país preperonista.