Dos niñas de 9 y 11 años fueron asesinadas la semana pasada en el estado de Sinaloa, México, al quedar atrapadas en medio del fuego cruzado entre un grupo armado y miembros de la militarizada Guardia Nacional y la Fiscalía. El crimen, que conmociona a toda la sociedad mexicana, es considerado uno de los más trágicos desde que se inició el enfrentamiento entre facciones del cártel de Sinaloa, en septiembre pasado.
Familiares y compañeros de la escuela a donde asistían Leidy y Alexa, las dos niñas víctimas, se manifestaron para reclamar justicia y exigir el fin de la violencia en esa región.
El enfrentamiento entre las distintas facciones del cártel se desató tras la captura en julio de 2024 en Estados Unidos de Ismael "El Mayo" Zambada, quien asegura que fue secuestrado y llevado a ese país en un avión privado por un hijo de su antiguo socio, Joaquín "El Chapo" Guzmán, también preso en una cárcel estadounidense.
El crimen de las niñas ocurrió el lunes 5. "Para esto no hay palabras, estamos devastados", dijo a la prensa Leticia Ramírez, tía de las pequeñas, quien responsabiliza del crimen a los agentes de seguridad.
"Venimos a exigirle al gobernador que ponga manos a la obra, porque fueron militares, las niñas eran civiles que venían a la escuela nada más", agregó la mujer, visiblemente conmovida.
"¡No estamos completos, nos faltan Alexa y Leidy!", fue uno de los cánticos que los pequeños compañeros de clase de las niñas repitieron durante el homenaje, al que acudieron vestidos de blanco y acompañados por sus padres.
La balacera en la que murieron las niñas se produjo en el municipio de Badiraguato, cuna del Chapo Guzmán y otros capos del cártel de Sinaloa, según las autoridades. En el tiroteo también resultó herido otro niño de 12 años, así como sus padres y dos familiares más.
En enero pasado, dos menores de 9 y 12 años murieron también al quedar atrapados junto con su padre en un tiroteo en Culiacán, la capital de Sinaloa. Al menos 39 niños fueron asesinados y 97 están desaparecidos desde el inicio del conflicto interno del cártel, según datos del defensor del pueblo local.
El conflicto entre los herederos del Chapo y la facción del Mayo dejó más de 1.200 muertos y 1.400 desaparecidos, además de un profundo impacto en la economía y la vida cotidiana en Culiacán y otras poblaciones de Sinaloa.