El exvicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera destacó el legado de José "Pepe" Mujica, a quien calificó como un "guerrillero de la vida".

"He tenido el privilegio de tratar con él en la última década. Siempre bromeaba con que yo era el encargado de su seguridad, porque él siempre era tan displicente a ese tipo de temas oficiosos y acartonados y yo me acercaba a él con mucho cariño, siempre intentando oírlo porque, a medida que caminaba o se sentaba, siempre estaba reflexionando y comentando cómo veía las cosas. La última vez que lo vi fue en Argentina, hace uno o dos años, con su compañera. Estaba muy preocupado por lo que pasaba en Argentina y Bolivia", recordó García Linera, entrevistado en la 750 tras conocerse la noticia de la muerte del expresidente urugayo.

"Me siento muy triste. Es como una sensación de que un pedazo de tu vida se va, siento un hueco espiritual. Era una noticia esperada pero no deja de ser terrible cuando se concreta", lamentó.

En esa línea, el exvicepresidente de Bolivia, quien acompañó a Evo Morales en su presidencia durante tres mandatos, remarcó que Mujica fue "un gigante del siglo XX y el siglo XXI". 

"Un guerrillero, nunca olvidemos eso. Fue un guerrillero que nunca se arrepintió de haber levantado las armas contra la injusticia. Pasó la cárcel, la tortura, el encierro, casi enloqueció. Y no lo derrotaron. Y luego fue presidente, democrático, y peleó con lo que las circunstancias de la historia le permitieron. Siempre pensó en los pobres, en los humildes, en los desposeídos. Nunca claudicó y nunca cayó de rodillas ante las adulaciones ni los beneficios temporales del poder. Siempre fue un guerrillero, un combatiente contra las injusticias", enfatizó.

Y agregó: "Sus principios no cambiaron ni un milímetro desde que comenzó a caminar en los cañaverales de Uruguay, allá por los años 60. Lo que variaron fueron las circunstancias históricas, y él tuvo mucha lucidez para saber entender esos cambios y adecuar las herramientas que tuvo para combatir por lo mismo. Es un hombre de principios al que no derrotaron. Y seguramente saldrán a hablar bien los que lo odiaban y los que no lo toleraban. Él era un combatiente de pueblo, de las barriadas, un subversivo perpetuo. Y yo diría que hay que recoger ese legado para las futuras generaciones. Porque las batallas que emprendió Pepe no han terminado, hay mucho más para hacer".

Consultado por la cobertura mediática de su muerte, García Linera equiparó su situación a la que se vivió con el expresidente sudafricano Nelson Mandela: "Cuando murió nos lo convirtieron en una caricatura de Walt Disney, cuando era otro guerrillero de la vida, igual que Pepe. Mandela también se levantó contra las injusticias, estuvo en la cárcel, soportó la tortura y luego se convirtió en presidente. Y no cambió sus ideales ni un milímetro", señaló el exvicepresidente boliviano.

"Y así recordaremos a nuestro Pepe, independientemente de las formas en que quieran caricaturizar su legado. No era un edulcorado estadista que al final sentó cabeza. Nunca lo hizo: él se reía de los que decían que había que sentar cabeza. Pepe siempre estuvo apegado al pueblo y a sus posibilidades y expectativas. Nos toca a nosotros reivindicar a este guerrillero como lo que es, un combatiente, un partisano", finalizó.