Los comuneros y comuneras de Amaicha del Valle, la icónica villa indígena donde la propiedad de la tierra es comunitaria y está ubicada en el valle de Santa María, elegirán este domingo 25 de mayo al cacique o “curaca principal” en el marco de una fuerte disputa que incluyó la impugnación por parte del Consejo de Ancianos al actual delegado comunal.
Ubicada en el noroeste tucumano entre las Cumbres Calchaquíes y las Sierras de los Quilmes, Amaicha ostenta una Cédula Real de 1716 firmada por la Corona española que reconoce su posesión comunitaria sobre el territorio -al igual que los vecinos Quilmes-, que ocupan desde siempre.
Los amaichas cuentan con una Constitución Indígena que rige sus conductas y, con la autoridad del cacique y el Consejo de Ancianos, quienes resuelven y gestionan el territorio, los bienes naturales, la preservación de la cultura y el homenaje a la Pachamama, que es bastante más que una ceremonia.
Al igual que los Quilmes y otros pueblos como los Colalao, los Tafíes, los Chuschagasta o Tolombones, los comuneros -esta es la categoría que se utiliza para mencionar a los indígenas- se las arreglaron a lo largo de la historia tras las invasiones, primero, de los Incas y luego, de España, para mantener sus instituciones, invisibles para el común.
Así, en Amaicha existen por un lado la institución indígena con los mencionados cacique y Consejo de Ancianos que son elegidos exclusivamente por los comuneros y, por el otro, un Delegado Comunal que representa al Estado provincial y que surge del voto de todos los pobladores, comuneros o residentes, indígenas y no indígenas.
¿Por qué el Consejo de Ancianos impugnó al candidato jefe comunal Paul Caillou a ocupar el cargo de cacique? lo expresaron en un documento que contiene una lista de faltas a la comunidad: quitar la Whipala, ninguneos a las autoridades ancestrales, obras inconsultas, tala de árboles, misoginia, desplantes en la Fiesta Nacional de la Pachamama, entre otras.
La respuesta del Delegado Comunal, quién no contestó a una consulta de este diario, fue llamar a una Asamblea para desconocer la resolución del Consejo de Ancianos que lo saca de la carrera en la que siguen los candidatos David Pastrana, Horacio Díaz, Eduardo Nieva y Miguel Flores.
Por su parte, los candidatos aseguran que la convocatoria a asamblea es nula porque no se ajusta a los postulados de la Constitución Indígena, que manda, entre otras cosas que se haga con 15 días de anticipación, que se presente ante las autoridades originarias el pedido de convocatoria, entre otros requisitos.
En tanto, el llamado a una asamblea general extraordinaria para este sábado 24 de mayo por parte de Caillou está fundamentada del siguiente modo: “dadas todas las irregularidades del proceso electoral, que pretendían imponer desde el Gobierno comunitario este sábado 24 los comuneros reunidos en asamblea general -máxima autoridad de la comunidad- decidirán quienes serán el próximo cacique y el próximo Consejo de Ancianos”.
Por otro lado, María Eva Pastrana, elegida Pachamama 2025 para que como mujer anciana, preserve y transmita la cultura, las tradiciones y la identidad del Pueblo Amaicha elevó el pasado 21 de mayo una nota al gobernador Osvaldo Jaldo en la que denunció “violencia institucional” por parte del jefe comunal y le pidió que instruya al funcionario para que “se abstenga” de interferir en asuntos internos y asegurar así “la paz comunitaria”.
Como sea, es posible que hoy se realice una asamblea a contramano de lo que las autoridades indígenas resolvieron y cuya validez podría terminar en la justicia ordinaria mientras que mañana los comuneros concurrirán a votar al nuevo cacique o curaca principal en Amaicha del Valle.
¿Cuál de las dos instancias vale? ¿La tensión puede derivar en dos caciques, dos Consejos de Ancianos y un violentamiento de los mandatos de los ancestros y desconocimiento de la Constitución Indígena? Sería ese un espectáculo que nadie quiere ver en Amaicha del Valle, un enclave originario que cuenta con una Cédula Real de 1716, único en toda la Argentina.