Lando Norris se llevó la victoria en el Gran Premio de Mónaco luego de una carrera que tuvo varias estrategias para afrontar la nueva reglamentación de dos paradas obligatorias y en la que el argentino Franco Colapinto tuvo una buena actuación, tras largar 18º y finalizar 13º. Aunque la novedosa determinación de la FIA dio pie a trabajos en equipo para fortalecer posiciones, algunos pilotos se quejaron de que sigue tratándose de una competencia “aburrida” y dieron rienda suelta a graciosas declaraciones.
Norris compartió el podio con Charles Leclerc, segundo, y con Oscar Piastri, su compañero de McLaren. El británico conquistó un triunfo importante no solo para fortalecer su mentalidad ganadora y sumar su segunda victoria de la temporada (luego de la conseguida en Australia) sino también de cara a la lucha del campeonato, donde persigue a Piastri: con la celebración de este domingo, la pelea se ajusta todavía más, ya que Norris quedó a solo tres puntos del australiano, que lidera en la punta con 161 unidades.
Tercero, con 136 puntos, los sigue Max Verstappen, quien lideró casi toda la carrera en Montecarlo apostando a que un auto de seguridad ingresara o se lanzara una bandera roja que le permitiera hacer su segunda para obligatoria conservando su posición privilegiada, lo que finalmente no ocurrió. Si el año pasado el neerlandés había lanzado por radio, fastidioso con el devenir de la carrera en Mónaco, que "debería haber traído mi almohada", este año no se quedó atrás: "Para mí, fue muy aburrido. Estaba esperando las vueltas que faltaban para que termine". Enseguida, consultado por un periodista de ESPN sobre las veces que pasó por la curva de la iglesia de Santa Devota especulando con un incidente que lo beneficiara en carrera, se rió y agregó con sorna: "Podría haber parado, rezado un poco y seguido con la carrera". El tetracampeón, que finalmente tuvo que hacer su segunda parada en boxes en la anteúltima vuelta, ya se había quejado de manera simpática durante la competencia vía radio en relación a sus cambios. "Se sienten como los del Gran Premio de Mónaco de 1972", exclamó el rey vigente de la categoría. En definitiva, no fue día de victoria pero sí de creatividad en la legua para Mad Max.
Otro que estuvo divertido con sus palabras fue Colapinto, seguramente más relajado luego de una actuación que fue buena para el argentino, quien luego de finalizar en 20ª posición la clasificación había quedado muy lejos de cualquier chance de llevarse puntos. El argentino también calificó la carrera de "aburrida", pero además hizo una comparación risueña de lo vivido en Mónaco: "Fue como salir un domingo a la mañana con la familia en la ruta". Respecto de su frase, enseguida se explicó: "Fue una carrera muy lenta y a nosotros nos gusta empujar. Cuando hice mi primer parada, ya a las tres vueltas alcancé al grupo con el que había estado y no entendía nada cómo ya los había alcanzado“.
Si la acción en el circuito de Montecarlo se caracteriza por curvas lentas, las escenas de este domingo fueron por momentos a velocidad todavía más baja por algunas estrategias pensadas por los equipos para atender la nueva reglamentación de dos paradas. Tal fue el caso de Williams: Alex Albon retuvo por varias vueltas al pelotón de autos que iba detrás suyo para conseguirle a su compañero Carlos Sainz una ventana de 20 segundos para realizar su detención en boxes sin perder su posición; los pilotos de la escudería británica, con esa planificación, cruzaron la bandera a cuadros ubicados noveno y décimo, respectivamente. La estratagema de Williams, sin embargo, enfureció a George Russell, quien en un momento directamente adelantó al piloto tailandés por fuera del trazado ("está yendo peligrosamente lento", denunció por su radio) y fue penalizado con un "drive-through" (sanción que obliga al piloto a pasar por la calle de boxes sin detenerse, pero respetando el límite de velocidad). Lo curioso fue que, poco después, justamente Mercedes aplicaría la misma estrategia para que la segunda detención de Russell no le costara posiciones, sacrificando a Kimi Antonelli, quien bajó la velocidad y retuvo al tren de autos. Al final, también Russell lanzó su veredicto sobre lo ocurrido en Mónaco, sumándose al stand-up verbal que caracterizó la atención a la prensa luego de la competencia. "La carrera con una parada es aburrida y con dos, es estratégica. Creo que el año que viene tenemos que correr con autos LEGO", ironizó el hombre de Mercedes en referencia al divertido desfile de juguetes a escala real que tuvo la previa del Gran Premio de Miami.
Colapinto -que no llegó a conducir los autos de juguete aquel día porque aterrizó a la titularidad en Alpine una fecha después, en Imola- destacó su trabajo este domingo. "Fue una carrera dura. Se hizo complicado, pero tratamos de ir para adelante. Después de clasificar 20, quedar trece es positivo. Saqué buena información de este día, tengo que seguir aprendiendo y entendiendo un poquito más. Hay que tratar de clasificar más adelante", analizó el pilarense luego de estrenarse por primera vez con la Máxima en el circuito del Principado. También lo valoró Flavio Briatore, líder de Alpine: "Franco hizo un buen trabajo, no cometió errores, mantuvo un buen ritmo, considerando lo que podía hacer en el tráfico, y estoy seguro de que aprendió mucho y le dio más confianza". El que se fue con saldo negativo de Mónaco, en cambio, fue su compañero Pierre Gasly, quien abandonó en la vuelta siete luego de un fuerte toque con el japonés Yuki Tsunoda que destrozó el A525. A él se sumó Fernando Alonso, quien debió abandonar por problemas en su unidad de potencia y quien también quiso agregarse a la sorna colectiva de declaraciones; consultado sobre la mala suerte del percance que lo dejó fuera de carrera, expresó: "No, hoy no es mala suerte. No es que haya caído un meteorito y nos haya entrado en el motor: el motor no estaba preparado bien".
El que no fue áspero ni picante ni mordaz en sus declaraciones fue Lando Norris, el vencedor de Mónaco, ese circuito que muchos critican pero en el que todos quieren celebrar. "Cumplí un sueño que tenía desde niño", expresó, sincero, antes de subir al podio a emocionarse mientras sonaba el himno de su nación. El piloto británico no solo le devolvió la victoria a McLaren en Montecarlo (algo que no sucedía desde 2008, con el triunfo de Lewis Hamilton). También se puso a tiro de la pelea por la punta del campeonato y se fue feliz, sin necesidad de ironías o quejas: solo interrumpió su sonrisa para cerrar los ojos y detener ese preciado tiempo de felicidad por vivir.