La Plaza Castelli de Dolores se convirtió este fin de semana en el corazón de una celebración que conjuga historia, identidad y, sobre todo, mucho dulce de leche. Con una torta de 450 kilos, 15 metros de largo y 25 capas, decorada con los escudos de las 24 provincias y el mapa de las Islas Malvinas, la XI edición de la Fiesta de la Torta Argentina arrancó a puro dulce. La festividad, que crece año a año, rinde homenaje a una receta nacida en el siglo XIX como tributo criollo a la Revolución de Mayo.

La estrella de la jornada inaugural fue el pastelero Damián Betular, oriundo de Dolores, quien decoró y cortó la torta gigante junto al pastelero local “Poly” Farías, autor de la monumental preparación que llevó más de 180 kilos de dulce de leche. Betular, que fue nombrado Embajador de la Fiesta, volvió a su ciudad natal para poner el cuerpo y la cara a una celebración que mezcla sabor, memoria y orgullo local. El pastelero lució el uniforme del evento, un delantal con la leyenda “Embajador oficial de la Torta Argentina”, y prometió que volverá a la ciudad para festejar el Carnaval del Sol.

En el centro de la plaza, treinta y cinco emprendedoras locales ofrecieron sus versiones del tradicional postre (la novedad fue la inclusión de opciones sin TACC), bajo una gran carpa decorada con banderines celestes y blancos. Las filas para probar la torta fueron largas, pero nadie se apuró: había torta de sobra para todos.


La Fiesta de la Torta Argentina no es solamente una excusa para comer algo rico. Es también una forma de recuperar una receta que, como muchas otras, circuló de generación en generación. Según dicen, la torta surgió a fines del siglo XIX, cuando dos pasteleras uruguayas radicadas en Dolores crearon un postre con masa hojaldrada, azúcar y abundante dulce de leche para celebrar un nuevo aniversario del 25 de mayo. Con el tiempo, esa receta se transformó en tradición, y desde hace más de una década tiene su propio evento.

Durante la jornada del sábado se reconoció la labor de Kirki Monzani y Juan Verón, dos figuras históricas que impulsaron la recuperación de la receta y la organización de las primeras ediciones de la fiesta. En los escenarios hubo música, baile y emoción. El grupo 18 Kilates hizo vibrar a chicos y grandes, y la fiesta continuó el domingo con feria gastronómica, artistas en vivo y un gran cierre a cargo de la cantante Ángela Leiva.

“Lo que pasa en Dolores con la torta argentina es algo más que una fiesta”, explicó una de las asistentes. “Es un acto de amor por lo nuestro, por nuestras raíces y por lo que podemos construir desde lo colectivo”, concluyó.