El Gobierno busca mostrar desesperadamente que está recuperando el acceso a los mercados de deuda, a pesar de tener un riesgo país superior a los 650 puntos. "Argentina vuelve a ganar acceso a los mercados internacionales, para refinanciar capital de deuda en moneda local. Algo que la gran mayoría de los países hacen con normalidad, pero que para Argentina no era posible, dado el descalabro económico heredado", escribió el ministro de Economía, Luis Caputo, en sus redes sociales. Pero en la práctica no es un bono soberano en moneda extranjera sino un título que puede suscribirse en dólares y ajusta en pesos.
El país todavía sigue con los mercados de deuda virtualmente cerrados desde que el propio Caputo llevó al país al extremo del endeudamiento en el gobierno de Mauricio Macri.
Desde hace semanas, el equipo económico venía anticipando que lanzaría un bono que ajusta por pesos pero que puede suscribirse en dólares. Incluso, días atrás, el Banco Central habilitó mediante la Comunicación “A” 8245 la posibilidad de que inversores no residentes puedan participar de licitaciones primarias en pesos, siempre que el plazo sea mayor a 180 días. Esa normativa fue clave para preparar el terreno.
Finalmente, el Bonte 2030 fue anunciado en redes sociales por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno. Se trata de un bono en pesos, a tasa fija, que podrá ser suscripto en dólares por inversores internacionales. El vencimiento está fijado para el 30 de mayo de 2030, aunque contempla una opción de rescate anticipado (“put”) a los dos años, lo que coincide con el final del mandato presidencial de Javier Milei.
Además, el instrumento ofrece pagos semestrales de intereses y tiene un tope máximo de emisión equivalente en pesos a 1000 millones de dólares.
Pero el dato más relevante es que la suscripción se hará directamente en dólares, sin necesidad de pasar por el Mercado Libre de Cambios (MLC). “Si un fondo del exterior quiere traer 300 millones de dólares para comprar el Bonte 2030, no tiene que venderlos en el mercado. Eso evitaría una caída en el precio del dólar y le asegura al inversor más pesos por su inversión”, se mencionó en el mercado. Esto sería una forma de sumar reservas internacioanles.
En cuanto a la jornada financiera, por su parte, se destacó que el dólar oficial subió 0,9 por ciento hasta 1160 pesos, mientras que el tipo de cambio mayorista terminó con un incremento idéntico y se operó a 1143 pesos. Las acciones de la bolsa porteña subieron 1,1 por ciento y los bonos perdieron hasta 0,5 por ciento.