En un mundo donde cada decisión puede moldear destinos, Denzel Washington ofrece una lección de humildad basada en una de las elecciones más discutidas de su carrera. Aclamado por su sólida trayectoria, el actor reconoció públicamente que las dudas sobre el thriller psicológico Se7en: los siete pecados capitales lo llevaron a renunciar a un papel que, según él, "era demasiado para mí". Esta decisión, que potencialmente alteró el rumbo de su carrera, destaca las dificultades del mundo del cine, donde el equilibrio entre riesgo y recompensa puede marcar toda una vida.

Los factores detrás de su decisión de rechazar el papel

La razón principal detrás de la negativa de Denzel Washington a asumir el rol de David Mills radicó en su percepción del guion de Se7en. Descrito por el actor como "demasiado oscuro", el libreto presentaba una narrativa intensa y psicológicamente exigente, con escenas que él no se sintió preparado para abordar en ese momento. También estaba la cuestión de la confianza: el director David Fincher, apenas conocido por su trabajo previo en Alien 3, que no había convencido del todo, no inspiraba la seguridad que Denzel Washington necesitaba.

Además, el enfoque sombrío de la película, que desarrollaba una tensión incesante al narrar crímenes inspirados en los siete pecados capitales, planteaba un desafío no solo interpretativo, sino moral para Washington, quien suele optar por personajes de gran firmeza y un profundo sentido ético.

Denzel Washington y Brad Pitt: caminos profesionales cruzados

Finalmente, el papel de David Mills fue a parar al entonces joven Brad Pitt, cuya carrera aún se estaba afianzando. La dualidad entre Pitt y Washington se ha señalado como una de las diferencias más notables de 1995, año en que Se7en se estrenó y Washington participó en tres proyectos alternativos.

Fue una etapa del cine donde las decisiones podían consagrar o descartar un talento como el suyo. Mientras Brad Pitt ofreció una interpretación visceral y convincente, Denzel Washington decidió explorar papeles más cercanos a su zona de confort, lo que le valió críticas mixtas y elogios por sus colaboraciones con otros directores destacados del momento.

El costo emocional de una decisión difícil

Desde un punto de vista retrospectivo, Denzel Washington manifiesta un arrepentimiento palpable, un sentimiento que emerge en sus entrevistas recientes, donde hace referencia al "error" que significó su decisión de rechazar Se7en. Sin embargo, pese al dolor persistente de esa elección, aprendió a aceptar la belleza y el talento que emergieron en la actuación de Brad Pitt, reconociendo que "evidentemente no era para mí, siempre fue para Brad". 

Este tipo de reflexiones recalca la humanidad detrás de nuestras decisiones más difíciles, algo que Washington ha convertido en una característica realista de su carrera. Su evolución hacia una estrella de Hollywood celebrada por su humildad y profesionalidad surge de momentos como este; experiencias que, aunque dolorosas, construyen una base sólida para un legado inolvidable.