El reconocido creador de series como Succession, Jesse Armstrong, regresa con una propuesta desafiante y crítica para la audiencia de HBO, titulada Mountainhead. Esta sátira cinematográfica profundiza en la vida de los magnates tecnológicos, examinando cómo su ambición y poder desmedidos terminan generando un caos global.
En un momento donde figuras como Elon Musk y Mark Zuckerberg dominan no solo el ámbito tecnológico, sino también el político, Armstrong presenta una versión subversiva e inquietante del universo tecnológico. Aquí, la sátira parece más un reflejo de la realidad que una ficción extravagante.
La trama sigue a cuatro magnates tecnológicos durante un fin de semana de juegos en una mansión ubicada en las nevadas montañas de Park City, Utah. Rápidamente, su reunión se convierte en el epicentro de una desestabilización global causada por la inteligencia artificial, mientras ellos intentan manejar la situación desde sus cómodos asientos, ajenos a las consecuencias reales de sus acciones.
Desarrollo acelerado y realidad que imita a la ficción
El proceso creativo detrás de Mountainhead fue tan inusual como su narrativa. Armstrong, que concibió la idea en diciembre, tuvo que escribir el guion en medio de un remolino de ideas mientras recorría los insólitos paisajes de Utah. Este desarrollo cinematográfico apresurado, grabado en solo semanas, refleja la velocidad con la que los eventos reales están superando las narrativas ficticias en el mundo actual.
El rodaje coincidió con situaciones como el escándalo Signalgate, un incidente real que incorporó a su guion, marcando un punto en la relación entre realidad y sátira: "Vivimos en una época donde lo real se anticipa a lo ficticio", sostiene Armstrong.
Inspiraciones y personajes satíricos con raíces en la realidad
En Mountainhead, Armstrong crea personajes que parecen aludir indirectamente a figuras reconocibles del sector tecnológico. "Sin ser Musk, ni Thiel, ni Altman, todos reconocen a alguien", comentó Armstrong. Los personajes, encabezados por Steve Carell, Jason Schwartzman y Cory Michael Smith, despliegan una gama de patrones de comportamiento grotescos que recuerdan los caprichos y excentricidades de los altos ejecutivos tecnológicos actuales.
"Mis personajes destruyen cualquier ilusión de genialidad o benevolencia asociada con estos hombres", argumentó Armstrong. Cada interacción y diálogo es una burla al mito del "genio tecnológico" del siglo XXI, encarnando su complejidad pomposa pero inverosímil.
Impacto real y mensaje subyacente al humor
Mountainhead se disfraza de comedia pero busca reflexionar sobre el poder ilimitado. La película visualiza un mundo donde la tecnología se interpone entre los magnates y sus principios, sugiriendo que la moral queda relegada a los algoritmos. "Estas son figuras sobrehumanas, pero profundamente humanas", explica Armstrong, "con motivaciones tan básicas como el temor y la inseguridad".
La película resuena especialmente en Argentina, mencionada repetidamente en los diálogos como un ejemplo de cómo las potencias tecnológicas manipulan países como piezas de ajedrez. Youssef, uno de los protagonistas, compara las acciones de los multimillonarios tecnológicos con un tablero de Risk, proyectando un descarado universo de control.
Mountainhead llega en un momento crítico, yuxtaponiendo una reflexión esencial sobre el poder absoluto. Mientras algunos pueden señalar la obviedad de su mensaje, otros encuentran un valor innegable en las verdades que revela.