La próxima película de Superman presentará una narrativa renovada y empática centrada en Krypto, el superperro de Superman. James Gunn, al frente del proyecto, decidió dar vida a Krypto basándose en su experiencia personal con Ozu, un perro adoptado de un refugio. Esta decisión busca honrar la vivencia personal del director y abrir una nueva dimensión emocional en las historias de superhéroes.
Los orígenes de Krypto en la cultura pop
Desde su aparición en los cómics, Krypto no ha sido simplemente la mascota de Superman; representa un aliado invaluable en la lucha contra la soledad a la que el Hombre de Acero está expuesto. En los cómics, Krypto llegó desde Krypton, el mismo planeta que su dueño, y desde entonces ha permanecido junto a Clark Kent como su fiel compañero.
En la esperada película de James Gunn, esta relación se explora con mayor profundidad, mostrando cómo un superperro no solo complementa sino que también potencia las hazañas del héroe. Las imágenes promocionales reflejan una conexión emocional fuerte, desarrollada a través de momentos significativos compartidos. Desde aventuras épicas hasta el consuelo mutuo en la Fortaleza de la Soledad, su vínculo se presenta como un elemento fundamental en la narrativa.
La inspiración personal de James Gunn detrás de Krypto
Para James Gunn, el proceso de adoptar a Ozu supuso más que simplemente decidir encontrar un nuevo amigo. Fue una travesía llena de desafíos y aprendizaje. El director comenta cómo, tras perder a su anterior mascota Wesley, Ozu llegó a su vida como un torbellino de travesuras imposibles de ignorar. Desde destruir su computadora personal hasta convertirse en una fuente inagotable de energía, Ozu se transformó en una presencia transformadora.
Este caótico pero enriquecedor viaje con Ozu influyó directamente en la construcción de Krypto como personaje, aportando un enfoque más humano al universo de DC.