Pretty Woman (Mujer bonita) es una película icónica en el campo de la comedia romántica, y tanto Julia Roberts como Richard Gere quedaron en la memoria emotiva de los espectadores por aquel enorme éxito de taquilla en el que el actor estadounidense componía a Edward Lewis, un rico hombre de negocios, que lleva al hotel donde se hospeda a una prostituta, Vivian Ward (Roberts), y que, tras idas y vueltas, terminan enamorándose. El film fue adaptado al teatro musical -casi con el mismo éxito que tuvo la historia ficcional en el cine-, con canciones de Bryan Adams y Jim Vallance, y libreto de Garry Marshall y J. F. Lawton. Y ahora, con dirección del argentino Ricky Pashkus, se puede ver en el Teatro Astral, con los protagónicos de Florencia Peña -que luce estupenda en el escenario y se gana al público mucho antes del fin de las 2 horas y diez minutos que dura el espectáculo-, y del cantautor cordobés Juan Ingaramo, en su primera participación en el teatro musical tras su debut actoral en la serie El Reino.

Decir que Peña deslumbra en el escenario no es una novedad: con una carrera artística importante tanto en televisión, teatro y cine, se la nota muy consolidada en el musical, tal como se la vio en Mamma Mia! y Cabaret. Pero Ingaramo no la tenía fácil al lado de una estrella de la actuación. Y si bien el rol de de Vivian parece a medida de Peña, por su soltura, extraversión y desparpajo, componer a un millonario contenido en sus emociones y que piensa casi hasta el final que todo puede solucionarse con el dinero, tiene su dificultad: es tan complejo encontrar el punto exacto de la intensidad de los sentimientos -tal como lo logra Peña-, como encarnar a un hombre desapasionado que tiene un proceso de transformación personal. Por otro lado, pasaron 35 años del estreno de la película y la obra no pasa por alto los cambios que hubo en materia de derechos y defensa de la dignidad de la mujer.

Peña es también una de las productoras artísticas y fue quien acercó la idea de sumar a Ingaramo. "Queríamos un outsider, que viniera de otro palo. Me encantaba la idea de que fuera alguien que tuviera otro sonido. Además, era difícil pensar en alguien muy guapo, que tuviera escenario, que cantara lindo y con el que pudiéramos tener química. Entonces, fue difícil elegir y la verdad es que con Ricky dijimos 'Ojalá que nos diga que sí' porque no teníamos plan B. Y, además, porque teníamos en común que mi ex marido trabaja con él, producen los discos juntos y un poco Mariano me dijo: 'Juan es lo más, es buena gente, re laburador, labura como vos, se van a llevar re bien'. Así que eso también nos impulsó", explica la actriz.

-¿Juan, lo tomás como una experiencia novedosa después de tu incursión actoral en El Reino?

Juan Ingaramo: -Sí, me olvidé de El Reino porque aparte el teatro es otra cosa. No tiene nada que ver. Hay gente que me dice: "Bueno, pero vos tenés experiencia audiovisual", pero la verdad es que es completamente otra cosa. En el audiovisual podés hacer mil tomas, los ángulos de la cámara, la edición. Acá todo es a pelo. Así que estoy descubriendo un mundo de sensaciones, como decía Sandro, completamente nuevo. El martes en la función de prensa tuve una adrenalina que hacía mucho no sentía.

-El teatro tiene la mirada directa del público...

J. I.: -Sí, y creo que, a diferencia de la música, en el teatro uno tiene la obligación de dar su punto de vista, casi técnico, incluso, de lo que sucede. Entonces, eso te exige más también porque sabes que la gente va a estar opinando absolutamente de todo. Pero eso también es lindo, es divertido y siento que también me sirve para expandirme, para vivir intensamente la vida, que se trata de eso.

-La película se estrenó en 1990, y en décadas posteriores hubo avances significativos en los derechos de las mujeres, producto de la lucha feminista. ¿Hablaron sobre esto con el director para lograr esa mirada feminista que tiene la obra?

Florencia Peña: -Sí, sí. Primero, el martes estrenamos y fue el aniversario del Ni Una Menos. O sea, el martes hacía diez años que había salido a la calle ese grupo masivo a gritar ¡Ni Una Menos! Fue un día significativo a nivel femenino. Y yo -y lo hablamos con Juan, y bastante con Ricky-, considero que la obra ya de por sí tiene una mirada más feminista, básicamente porque la escuchás a ella contar lo mal que la está pasando, más allá de que lo escuchás a él también contar cómo es su vida. Ella se expresa y le cuenta al espectador que esa no es la vida que ella quiere. No romantiza en ningún aspecto la prostitución. Y por otro lado, también se pone en un lugar donde la Cenicienta no entra como cuento. No es que ella quiere la plata, no es que ella sueña con que él la lleve y sean felices porque él es millonario. Ella lo que descubre con él es que hay algo mejor para su vida, que se está quedando con una parte muy ínfima del mundo y que ella puede salir a buscar algo que le haga más feliz. Y creo que toda esa mirada con la canción que yo canto al final, "No hay vuelta atrás", que es como un himno de empoderamiento, me parece que todo eso la hace tener una mirada femenina moderna. Ella le dice: "Yo no quiero tu plata". Ella está esperando que él le dé una señal de amor y él le da una señal económica. Y ahí ella le dice: "Yo no quiero tu plata", como si le dijera: "Yo hubiera querido que me digas 'Te amo, me la juego por vos'". Hay algo de eso que me gustó y que hizo que el material me pareciera interesante.

-Los dos personajes tienen un proceso de transformación personal, cada uno por su lado. ¿Creen que es algo factible que pueda suceder en la realidad o queda en el terreno de la ficción un cambio semejante?

J. I.: -Sin duda. El amor es una fuerza transformadora y destructora cuando no está. Fijate lo que está pasando ahora a nivel sociopolítico:  estas nuevas fuerzas del odio están volviendo al mundo un lugar más hostil que nunca. Creo que sin duda el amor es Only love can sustain, como el disco de Spinetta, que produjo Guillermo Vilas. Creo sin duda que eso sucede y en la obra es como la bajada final. Lo que nos cambia de los dos es enamorarnos.

-Y ese proceso de transformación que tiene cada uno, ¿los hace mejores personas a los dos? En ese sentido, ¿cómo leen el mensaje de la obra en un mundo cada vez más regido por el consumismo y el exitismo?

F. P.: -Yo creo que sí. Ellos evolucionan. De eso se trata la vida: de evolucionar, de aprender, de dejar atrás las cosas que no te hacen bien. No son las mismas necesidades a una edad que otra, no es lo mismo el tránsito cuando sos adolescente, estás entendiendo la vida y encontrándote con tus emociones, que a mi edad, que tengo 50 años y por lo menos ya sé lo que no quiero. Voy a seguir descubriendo lo que quiero, pero seguro hay muchas cosas que ya me di cuenta que no quiero para mi vida. Y eso tiene que ver con la experiencia. Con estos personajes ni siquiera hablamos de edad, porque lo interesante de esta historia que estamos contando nosotros, básicamente porque yo soy bastante más grande que él, es que no importa la edad. Estás hablando de dos seres humanos. Esta historia podría sucederle a dos viejos, a dos pendejos. Hay algo que tiene esta historia: ellos se están encontrando a sí mismos, porque yo creo que el amor es un encuentro de individualidades. No creo que el amor sea fagocitarse, no creo que el amor sea decir: "Bueno, yo soy porque vos existís" o "Si vos no existís, yo no soy". No creo en esa clase de amor, y sí creo en el amor donde "Vos sos, yo soy, y desde ahí nos encontramos". Me parece que el punto es que él no sabe quién es, sabe que tiene mucha guita pero no sabe quién es, y ella tampoco sabe quién es. Y la historia cuenta justamente que el encuentro de ellos los hace mirarse a sí mismos. Y me parece que este encuentro, que podríamos pensar que puede tener un final feliz, en el sentido de que ya sabemos que se quedan juntos, pero no sé si en algún momento se casan, se divorcian o qué, pero no importa: suponete que se divorciaran, ya son otras personas, ya haberse conocido garpó. Y en un mundo que no reivindica el camino, me parece que ese camino es interesante. Aunque ellos se separaran a los tres meses, hay algo de esa transformación de haberse conocido, que ya está. Ella dice: "Ya no hay vuelta atrás", "Ya está, hay algo que descubrí". Después lo que pase para adelante qué se yo. El resultado no nos pertenece, uno camina, anda, busca, se arriesga, y ahí está la vida. La vida no está en los resultados.

 

 

-Algo decías antes e impacta en la obra cuando tu personaje dice: "Yo no soy Cenicienta, yo no quiero un tipo que me banque con guita, yo quiero ser quien soy". ¿Crees que es una obra que reivindica la dignidad de la mujer y que este quizás sea el cambio de tono más fuerte entre la obra y la película?

F. P.:-Sí, re, yo creo que eso lo buscamos: que realmente se entendiera que ella quería encontrarse, pero también encontrar su deseo. Nacemos o pensamos que todo ser humano va a encontrar su deseo y lo va a llevar a cabo. Y para mí el mundo está como está porque los seres humanos no encuentran su deseo. Y si lo llegan a encontrar, muchos no tienen la fuerza suficiente, o la valentía para llevarlo a cabo. Son muy pocos los que hacen lo que quieren, lo que les gusta. Tengo a mi hijo, que ahora es chef, y la otra vez tuvimos una conversación porque un par de amigos encontraron qué hacer, pero no algo que les guste, sino de negocios. Uno vende huevos, el otro no sé qué, y él me decía: "Ellos ganan mucho más". Entonces yo digo: "OK, ¿pero cuál es la construcción de eso? Vos encontraste un deseo, lo estás llevando adelante. Ese deseo, por ahí cambia, no importa, pero ahora es contundente. Ese deseo es una construcción para algo más duradero. No hay nada más importante que poder estar en el lugar que uno elige estar y ser feliz con eso". Yo me subo al escenario y soy feliz. Y digo: "Pude llevar mi deseo a cabo, pude ponerle acción a mi deseo". Pero conozco mucha gente que no. Entonces, me parece que hay algo ahí también donde los personajes parece que dicen: "Bueno, ¿qué quiero yo en la vida? ¿Qué deseo? ¿Dónde querría estar?". Y ese pensamiento no estaba antes de conocerse. Ella estaba en una, que creía que no iba a salir, y él estaba en otra. Y me parece que eso es lindo, y que es moderno también.

-Juan, también el millonario de la película no parece sentirse vacío, como sí le pasa a tu personaje, al darse cuenta de que los sentimientos no se pueden comprar. ¿Cómo trabajaron el vacío de tu personaje?

J. I.: -Yo creo que para darle un mayor énfasis a la transformación mía, se noten los cambios de los dos personajes. Y que el amor sea el fin. La verdad que es todo es visión de Ricky y Flor. Ellos son en quienes yo confié ciegamente, e intenté humildemente con mi instrumento con olor a nuevo, recién sacado de la caja, llevarlo a cabo. Intento dejarme llevar por las emociones de las escenas, de lo que me da Flor, de la historia. Poco pensamiento y más sentimiento.

F. P.: -Igual hay algo interesante, porque nosotros lo hablamos bastante: en un mundo donde parece que uno persigue el dinero, donde lo que importa es perseguir el dinero, tener dinero, y entonces a partir del dinero sos, es interesante el cuento de que un millo diga: "Soy re infeliz", porque hay como una tendencia a creer que la plata te da la felicidad.

J. I.: -Es como el paradigma de ahora.

F. P.: -El paradigma de los jóvenes de hoy es: "¿Qué querés ser? ¿Millonario?".

-Sí, y el éxito fácil también.

F. P.: -No hay camino, se terminó el proceso.

J. I.: -Sí, el éxito es la plata, no hay otra manera. Exito es igual a plata.

F. P.: -Y hay algo del personaje de Juan que, como podemos escuchar los pensamientos del personaje a través de las canciones, nos damos cuenta de que el pibe es igual de infeliz que ella, y él es multimillonario y ella no. Incluso hasta ella puede llegar a ser un poco más feliz, porque es simple. Y me parece que algo de eso es interesante pensar, más allá de la historia de amor: la guita no significa nada, en términos de felicidad. Si no, los pobres serían infelices, y los ricos serían felices, y esa ecuación en general no se da.

-Generalmente tiende a pensarse el éxito como un camino al que hay que llegar, como un fin y no como un disfrute de ese transitar. Y, en realidad, tal vez el éxito  sea sentir ese recorrido porque aquel que no disfruta de lo que hace también es un ser frustrado.

F. P.: -Siempre pongo este ejemplo: Meryl Streep, que para mí es una de las grandes actrices del mundo. Cuando ella no esté, ponele, y pensemos en su legado como pensamos en tantos: John Lennon o Spinetta, por ejemplo. ¿Alguien piensa, hablando de Spinetta, cuánta gente metió en tal recital? No, hablamos de su música, hablamos de sus letras, hablamos del legado musical. A nadie se le ocurre pensar en términos de cuánta gente metió, cuántos tickets cortaba... ¡No importa! Lo que queda es la inmortalidad de su obra. Y eso es lo que los artistas vinimos a hacer a este mundo, a hablar de nuestra obra es lo que nos va, sin quererlo, a tener y querer inconscientemente un cachito de inmortalidad. Queremos que cuando no estemos algo viva de nosotros. Y esa es nuestra obra, no son los espectadores ¿Queremos que nos vaya bien? Sí, el esfuerzo es el mismo, sea un éxito o un fracaso, así que es preferible que sea un éxito, que la gente venga, pero si así no fuera, te puedo asegurar que Juan y yo, aparte de habernos conocido ya somos distintas personas solamente por el tránsito, por todo lo que nos pasó en este tránsito, el viaje, las ocho horas diarias que compartimos, conocerlo yo a él en su manera, él a mí, él conocer el teatro, ver si le pica el bicho, yo volverme a subir a un escenario nuevamente, después de haber hecho un exitoso musical y decir: "¿Cómo supero mi marca?". Ya no somos los mismos, a lo cual ya eso nos hace ganadores. Entonces, replanteémonos qué es el éxito, porque el éxito no es el resultado final. El éxito es todo lo demás. Ahora, si después ese tránsito te lleva a un lugar próspero, bienvenido, lo agradezco. Si no me lleva a un lugar próspero, no es que lo dejo pasar, pero digo: "Ok, es parte de la vivencia, sigamos". 

* Funciones de Pretty Woman en el Teatro Astral (Corrientets 1639): Miércoles, jueves y viernes a las 20 hs, sábados a las 19 y a las 22 hs, domingos a las 19 hs.