Cuesta tipear: Cristina proscripta. Pero más cuesta tipear “Cristina presa”. Será porque nuestra comunidad sabe de esas cosas, de proscripciones, del punitivismo como método para disciplinar a quien se corre de lo que la norma y el sistema esperan. Cuesta porque sabemos en carne propia lo que se vive cuando el Estado y el poder judicial patriarcal te persiguen. Pero cuesta sobre todo porque sabemos en carne propia también en manos de quién el Estado dio por primera vez un documento de identidad con tu nombre, el que elegiste y por el que esperaste toda tu vida.
Hacer la lista de leyes que ampliaron derechos de la comunidad LGBTIQ+ y poner un tilde detrás del año en el que fue sancionada cada ley no alcanza para explicar el puente emocional que generó Cristina Fernandez de Kirchner con el colectivo LGBT+, porque no se trató sólo de leyes, era una construcción social cotidiana de escucha y reparación. Era la decisión política de que algunas igualdades no valieran más que otras ni sean excluyentes. De todas formas el ejercicio necesario de la memoria obliga a hacer esa lista, porque fue un tipo de Estado, el que ella conducía, el que salvó muchas de las vidas que hoy vuelven a estar en peligro.
Ley N° 26.618: Matrimonio Igualitario (2010) - Ley 26.743: Identidad de Género (2012), Ley 26.862: Reproducción Médicamente Asistida (2013), Decreto 214/2006, prohíbe la discriminación basada en la “orientación o preferencia sexual”, Ley 26.791: Contra los crímenes de odio (2012), Ley 27.636: Promoción del acceso al empleo formal "Diana Sacayán - Lohana Berkins" (2021), entre muchas otras políticas de Estado que complementaban social y económicamente como los programas Ellas hacen, Procrear, Conectar Igualdad, etc.
Sí, fueron todas y entre muchas otras, durante sus gobiernos (2007 - 2015 / vice 2019 - 2023). No, no es sin embargo cosa solo de la Ley, sino de su traducción. Es el cachetazo de vida que siente esa travesti que pudo con un Procrear hacerse su casita, poner ahí mismo la peluquería cooperativa con otras compañeras y encima recibirse en la universidad pública. Es el amor infinito del “sí, acepto” de Norma y Cachita. Es la picardía de solicitar como Presidenta que te acompañen a China justo las dos senadoras que iban a votar en contra del Matrimonio Igualitario, la semana que se vota. Es la risa cómplice y escandalosa entre Diana Sacayán y Cristina cuando le entrega su DNI y Diana le habla al oído. Son los puros gestos
Ese mismo día, un rato antes, en el medio del discurso con el que promulgaba la Ley de Identidad, Cristina la mira a Diana Sacayán en el Salón de las Mujeres y le pide el dato de la expectativa de vida de las travestis. Es lunes, 2 de Julio de 2012 y dice:
“Todo se basa en eso (la violencia), en negar al otro, en negarle los derechos, entonces como no existís o quieren ocultar tu existencia por añadidura viene todo lo demás (...) hoy es un dia de reparación, hoy hay que gritar por la igualdad, que es tan importante como la libertad. Es un inmenso día de reparación, hoy somos una sociedad más igualitaria que la semana pasada. Gracias a todxs los que lucharon por esto y en todo caso perdón por haber esperado tanto”
Son pocas las horas contadas después de un fallo bisagra en la historia de la democracia argentina. Sucede lo extraño: hasta nuestras palabras más aguerridas suenan huecas, el atropello es burdo. Lo cierto es que el corazón y ante todo la furia travesti sean quizás lo más valioso que tengamos para ofrecer hoy, miércoles 11 de Junio de 2025. Porque nos despertamos y hoy nuestra sociedad es terriblemente más inaceptable que ayer, más injusta y más violenta. Porque hoy nos despertamos con la democracia desmembrada.
Si escasean palabras mejor mantenerlo simple: Gracias. Gracias Cristina, pero gracias gritando con furia trava. Bien sabemos lo que es estar presx por joder profundamente y no pedir perdón. Y bien sabemos de lealtad, orgullo y memoria. No necesitamos repetir los números de las leyes, la dignidad fue también cada uno de los gestos.
Un filósofo francés/marroquí dice que “el amor es el principio de una idea poderosa que puede devenir, finalmente, en una idea política. El amor puede ser visto, en este sentido, como el principio de la política.” Para lxs trolxs argentinxs, quizás, también viceversa: la política fue el principio del amor y hoy esa idea es poderosa.
Al calabozo, nunca más.