En el vasto universo televisivo actual derivado de la obra de George R.R. Martin, no todas las ideas llegan a materializarse. Este es el caso de Bloodmoon, un ambicioso proyecto de HBO que, a pesar de reunir grandes talentos y un presupuesto considerable, fue descartado tras un episodio piloto. Las imágenes recientemente reveladas de este spin-off de Game of Thrones han despertado el interés de los aficionados, ofreciendo un vistazo a una historia que, debido a decisiones ejecutivas, nunca llegó al público. Combinando leyenda, intriga política y un toque de misticismo, Bloodmoon resurge como un fantasma en el mundo de Westeros que Martin concibió, recordándonos el futuro que no se concretó.
El proyecto abandonado
Bloodmoon iba a explorar los orígenes más remotos del mundo de Westeros. La serie se situaría miles de años antes de los eventos que los seguidores de Game of Thrones conocieron durante las ocho temporadas de la serie principal. La trama se centraba en la Larga Noche, un invierno perpetuo que amenazó la existencia de todo ser vivo en el continente. Este período histórico fue mencionado con frecuencia en la serie original como una advertencia, pero nunca se desarrolló plenamente en pantalla.
A diferencia de House of the Dragon, que partía de la rica narrativa de la Danza de los Dragones de Martin, Bloodmoon carecía de información preexistente específica para adaptar. Esto suponía un reto importante para sus guionistas, que debían crear una narrativa convincente manteniéndose fieles a los amplios parámetros del universo establecido por el autor.
La serie contaba con un elenco excepcional liderado por Naomi Watts, cuyo personaje parecía prometedor: una antigua noble con secretos familiares ocultos. Como parte del planteamiento de la serie, se preveía explorar un pasado esplendoroso cuyas sombras ocultaban los orígenes oscuros de los Caminantes Blancos y los conflictos ancestrales entre las grandes casas de Westeros.
El impacto del piloto
El episodio piloto de Bloodmoon requirió una inversión de 30 millones de dólares, situándolo entre los episodios individuales más costosos jamás filmados. Sin embargo, los ejecutivos de HBO no quedaron convencidos de su potencial. Bob Greenblatt, expresidente de WarnerMedia, declaró en entrevistas posteriores que el episodio "simplemente no funcionaba" y no cumplía con las expectativas.
Esta decisión no solo cerró las puertas a Bloodmoon, sino que también indicó la dirección clara que HBO quería tomar para futuras producciones. House of the Dragon, que abordaría el siempre atractivo conflicto interno de la dinastía Targaryen, emergió como el sucesor claro para continuar el legado de una de las series más vistas en la historia del canal.
Flora Moody, maquilladora del proyecto cancelado, fue la responsable de compartir imágenes del piloto, revelando los elementos estilísticos y las atmósferas que la producción no llegó a mostrar públicamente. Estas imágenes ilustran personajes con vestuarios detallados y escenarios que evocaban la esencia de un Westeros antiguo y místico.
El futuro de las precuelas de Westeros
Aunque Bloodmoon no recibió luz verde, HBO no ha abandonado su intento de expandir la mitología de George R.R. Martin más allá del final de Game of Thrones. El lanzamiento de House of the Dragon fue bien recibido y prepara su segunda temporada.
Es evidente que Westeros aún tiene muchas historias por contar. Pese al vacío que dejó Bloodmoon, el universo sigue expandiéndose, alimentando el interés de sus seguidores por historias pasadas y futuras batallas sobre el hielo, el fuego y más allá. La televisión se adapta al fanatismo latente, a la espera de encontrar otro fenómeno cultural que capte la atención global de manera similar.