La única pregunta que volvió a imponerse tras el salto del dólar es si el Gobierno podrá aguantar hasta las elecciones sin corregir, con devaluación “formal”, las graves deficiencias programáticas de su esquema económico. El interrogante ratificado no es el qué sino, tan sólo, el cuándo.

Como debe ser, el análisis estrictamente técnico de lo que sucede corresponde a los especialistas del área. Pero