Hoy puede votarse la reforma previsional. Es también posible que, frente a la evidencia de cuánto afecta el proyecto los ingresos de los jubilados y de los más pobres, la conciencia adormecida de algunos diputados les indique que no deben prestar quórum. En cualquier caso, la oposición generalizada, el paro general y la movilización afectarán la futura relación del Gobierno con un sector social del que obtuvo muchos votos aunque sus intereses nunca defendió.

El país ya no es el mismo de la semana pasada. Más allá del resultado que tenga hoy la votación, el macrismo sufrió el jueves una derrota. El episodio abre nuevas perspectivas para superar discusiones entre resistentes o institucionalistas, entre sindicatos u organizaciones sociales, alianza política o movilización. Todo eso confluyó y fue determinante para frustrar el intento laboriosamente gestado por el Presidente que se pretendió asegurar con la inusual represión.

Si algunos creyeron que el voto o –lo que es lo mismo– el compromiso de dar quórum quedaría justificado por la necesidad de garantizar los ingresos provinciales, hoy saben que no sólo violan los compromisos asumidos ante sus electores sino que no escuchan a un pueblo que insiste en decir No. Los que quieran seguir diciéndose peronistas, considerarse integrantes del campo popular, tienen hoy una segunda oportunidad.