A poco más de un año de su sorpresiva y fugaz presentación en el Centro Cultural Kirchner, donde adelantó los temas de su más reciente disco de estudio en plan unipersonal, Lee Ranaldo regresará mañana a Buenos Aires para presentar formalmente Electric Trim en el Xirgu Espacio Untref (Chacabuco 875), a las 22. “La última vez que estuve allá, casi nadie conocía esas canciones”, recuerda el músico estadounidense al otro lado del teléfono. “Ahora voy a volver con el mismo formato de show, por lo que espero que el público ya las conozca y entienda en qué consiste la propuesta del álbum. Si bien vengo de una gira por Estados Unidos con mi grupo, acá no puedo tocar Electric Trim con mis músicos porque lamentablemente en este momento no es viable económicamente. Pero el contenido del recital será el mismo. Así que quédense tranquilos”, dice el ex Sonic Youth y héroe de la guitarra eléctrica.

–¿Siente que cambiaron mucho esos temas con respecto a lo que mostró el año pasado en Buenos Aires?

–De un año a esta parte, no sólo siento que cambiaron y evolucionaron esos temas, sino que también lo hice yo. 

–¿Está conforme con el resultado?

–Estoy muy contento. Es el disco más importante de toda mi carrera y eso me satisface. Pero nada de esto hubiera sido posible sin mis colaboradores en este proyecto: Raúl “Refree” Fernández y Jonathan Lethem. Fue increíble trabajar con ellos, al punto de que espero volver a hacerlo muy pronto en mi próximo material. 

–¿Por qué los eligió como colaboradores para este proyecto? 

–A diferencia de mis otros trabajos, el proceso de creación y composición de Electric Trim tuvo una cuota de experimentación bastante amplia. Si bien hay muchos invitados, el proceso en sí pasó por Raúl y por mí. Con respecto al tema de las letras, quería tener otra perspectiva distinta de la mía. Jonathan es amigo y me pareció interesante contar con su opinión. 

–A partir de la salida de Acoustic Dust (2014), estableció una importante camaradería con Refree. ¿Qué le atrae del trabajo junto al músico y productor catalán? 

–En realidad, venimos haciendo cosas desde 2013. Nos conocimos en Barcelona y en el poco tiempo que estuve allá ese año llegamos a grabar algo. Me dio mucha inspiración y nos convertimos rápidamente en muy buenos amigos. Tenemos química y funciona. De hecho, Refree fue el que me llamó para ser parte de Electric Trim y me pareció copado trabajar juntos en las nuevas canciones. Nos pasamos todo el año llevando adelante el disco. Me interesaba moverme en otra dirección, que surgiera algo nuevo. Y creo que lo logramos. 

–España pareciera tener impacto en usted, al punto de que Barcelona fue una de las ciudades en las que grabó el disco y allá también celebró los 20 años de Daydream Nation con Sonic Youth. Además de su interés por el flamenco, colaboró con Christina Rosenvinge y Enrique Morente, por ejemplo. ¿Los lugares lo eligen a usted o viceversa? 

–Todo es posible. En general, esas cosas suceden espontáneamente, uno no las planifica. Mi relación con España es un proceso de idas y vueltas que viene desde hace mucho tiempo, por lo que tengo lazos muy estrechos con ese país. Desde los ‘90, vengo haciendo colaboraciones con artistas locales con los que siento mucha afinidad, algunos de los cuales gozan de una trayectoria impresionante. Afirmo eso en función de cómo se fue dando todo, aunque podría haber sucedido en Buenos Aires o en otro lugar.

–Aparte de su sempiterno colaborador y amigo Steve Shelley, Nels Cline, de Wilco, y Sharon Van Etten figuran entre los invitados de Electric Trim, lo que sorprende porque generalmente suele trabajar rodeado de un pequeño y estrecho grupo de colaboradores. ¿Por qué abrió el espectro? 

–La idea de este disco en específico era hacerlo tan solo con Raúl, pero en el proceso se fueron sumando otros colaboradores. Hay algo que sucede en la sociedad entre él y yo: ambos somos músicos y productores, y partir de ahí se genera una lista de invitados. Con algunos de ellos ya había trabajando anteriormente, mientras que en otros casos, como el de Sharon Van Etten, era la primera vez que lo hacía. Y a los que invitamos y no pudieron, fue por cuestión de tiempos. Las puertas siempre están abiertas para quienes quiera aportar algo valioso.

–El sello Neil Young de su faceta como cantautor se ha ido imponiendo a la experimentación que brama de su guitarra. ¿Es lo que desea?

–Me encanta que me digas eso. Aunque estoy muy orgulloso con el resultado, la realidad es que en este caso no tenía muy en claro cuál era la búsqueda. A diferencia de mi experiencia con Sonic Youth, donde siempre grabábamos con la banda en el estudio, el proceso de este material fue muy experimental. Lo que probamos, lo íbamos registrando. Encaré el álbum en una época en la que necesitaba llevar mi música a nuevos lugares. Y éste lo fui encontrando durante el desarrollo del disco.  

–La canción “Thrown Over the Wall”, incluida en su flamante álbum, llama la atención por su fuerte contenido político. ¿Qué la inspiró? 

–Se transformó en eso de manera accidental, pues parte de la letra contiene algunos títulos de diarios. Cuando hicimos el disco, un realizador audiovisual registró el proceso. Al momento de escuchar el tema, se le ocurrió que podría ser una canción para los grupos de protestas que se oponen a Trump. Y entonces el tema empezó a tomar un giro de protesta, lo que me permitió acceder a la gente para hablar sobre la ola de conservadurismo que está en Estados Unidos, Alemania y otras partes del planeta. Aunque no sé cómo está ese asunto en la Argentina...

–Muy mal. La derecha, en el poder, ningunea cada vez más al pueblo y gobierna para la elite.

–Siento mucho escuchar eso. Ya me adentraré en lo que está pasando allá cuando llegue.

–Al menos, por el momento, no se votó una ley para que la gente tenga el derecho protegerse con armas militares como en su país. 

–En mi país eso está fuera de control. Siendo una de las naciones más poderosas del mundo, la gente cree que tiene el derecho de guardar en su casa armas militares automáticas. De algún modo, es un sentimiento de miedo, aunque no sé a qué. Y el debate continúa. 

–Pregunta obligada: ¿sigue latente la posibilidad de la reunión de Sonic Youth?

–Todo es posible. Aunque Kim (bajista del cuarteto) es la única que está reacia con que eso suceda. Estoy en contacto todo el tiempo con el resto de los integrantes de la banda. Mientras estemos vivos y saludables, no lo descarto. Si eso llegara suceder, me gustaría que el grupo se mueva hacia nuevos horizontes musicales.