La 78ª edición del Festival de Cine de Cannes ha sido testigo de la polarización que puede generar el arte. Entre las películas que han capturado la atención del público, Die, My Love, protagonizada por Jennifer Lawrence, ha despertado pasiones y suscitado acalorados debates. Adaptada de la novela homónima de la escritora argentina Ariana Harwicz, la cinta de Lynne Ramsay profundiza en las divisiones y contradicciones que habitan en la vida de Grace, el personaje interpretado por Lawrence. Atrapada en las complejidades del posparto, la película ofrece una visión desgarradora de la maternidad y las relaciones humanas.
El contexto de la directora Lynne Ramsay
La directora Lynne Ramsay no es ajena a las historias oscuras y provocadoras. Tras impactar al mundo del cine con Tenemos que hablar de Kevin y You Were Never Really Here, su nueva obra, Die, My Love, demuestra nuevamente su destreza narrativa al abordar el delicado tema de la depresión posparto. Lawrence retrata a Grace, una madre primeriza perdida en un ambiente rural hostil y solitario. La película no solo explora la psicología del personaje, sino también las tensiones derivadas de una relación amorosa disfuncional con su pareja, Jackson, interpretado por Robert Pattinson. Ambos actores dan vida a una pareja cuyas interacciones oscilan entre la ternura y la destrucción.
El dilema interpretativo de Jennifer Lawrence
Jennifer Lawrence, acostumbrada a papeles que superan los límites del drama convencional, aborda con una precisión exhaustiva la angustia y desesperación de una mujer enfrentándose al abismo emocional del posparto en Die, My Love. Su interpretación ha dejado a los críticos divididos, algunos alabando su intrépida entrega mientras otros cuestionan su fidelidad al personaje de la novela. Durante la conferencia de prensa, Lawrence compartió cómo su maternidad reciente le aportó una perspectiva vital para sumergirse en el papel, admitiendo que sus propias experiencias posparto resonaron con la historia de Grace.
Reacciones encontradas en Cannes
El debut de Die, My Love en Cannes no ha dejado indiferente a nadie. Las opiniones giran en torno a los extremos: desde quienes destacan el genio detrás de una representación honesta y cruda de la maternidad, hasta quienes consideran la narrativa demasiado dispersa y desmesurada. El festival incluso garantizó la distribución de la película al gigante del streaming Mubi, estableciendo un precedente con una venta de 24 millones de dólares. Un hecho que subraya la relevancia y el potencial de esta controvertida adaptación.
La película no solo ha sido un campo de exploración emocional para Ramsay y Lawrence, sino también un punto de inflexión público para reflexionar sobre las expectativas de la maternidad. Además, el trabajo con actores veteranos como Sissy Spacek y Nick Nolte añade complejidad a la historia, brindando capas de matices que inquietan y despiertan la curiosidad del espectador.