El carismático Stitch regresa a los cines, y Disney ya confirmó que una segunda parte del remake en acción real de Lilo & Stitch está en producción. La película, que recaudó más de 910 millones de dólares a nivel mundial, vuelve para satisfacer tanto a los fanáticos como a los accionistas del estudio. Sin embargo, el anuncio también reavivó debates sobre cómo el remake aborda la cultura hawaiana.

El fenómeno de taquilla y su impacto

Disney apostó por un remake en acción real de un clásico de 2002, pero pocos anticiparon su enorme éxito. Desde su estreno durante el fin de semana del Memorial Day, la película captó la atención mundial. No solo superó barreras financieras al reunir más de 910 millones de dólares, sino que también generó conversación en redes sociales y medios.

Dirigida por Dean Fleischer Camp, y protagonizada por Maia Kealoha como Lilo y Chris Sanders como la voz de Stitch, la cinta logró dar vida nuevamente a estos personajes entrañables. Inicialmente planeada para plataformas de streaming, su éxito fue tal que el potencial de la franquicia se amplió rápidamente. Este triunfo reafirmó la capacidad de Disney para revitalizar métodos tradicionales de narrativa.

Cambios en la narrativa y representación cultural

Uno de los aspectos más comentados del remake son las modificaciones narrativas, especialmente en la representación de la cultura hawaiana. La historia original de Lilo & Stitch contenía un subtexto crítico hacia la colonización y la pérdida de identidad cultural. Sin embargo, algunos críticos señalan que la nueva versión diluye estos temas en favor de una narrativa más simplificada.

La crítica Aparita Bhandari señaló que "Hawái queda como un telón de fondo sin profundizar en los conflictos reales que allí existen". Además, el final ha sido objeto de discusión: en esta versión, Nani decide entregar la custodia de Lilo al Estado, priorizando una oportunidad académica en San Diego. Este cambio generó debates sobre el significado de la familia y las responsabilidades personales.

Adaptación a nuevas realidades y expectativas

El director, Dean Fleischer Camp, sostiene que estos cambios eran necesarios para "modernizar" la historia, aportando nuevas perspectivas sobre comunidad y familia. Según Camp, esto refleja conflictos más contemporáneos: el equilibrio entre los sueños personales y las obligaciones familiares.

Mientras algunos espectadores ven esto positivamente, defendiendo la individualidad de Nani, otros sienten que algo se pierde en el proceso. Con esta segunda parte, Disney enfrenta el reto de mantenerse fiel al legado original mientras introduce ideas que resuenen con las audiencias actuales.

Para fans y críticos, la llegada de Lilo & Stitch 2 es una oportunidad para explorar nuevos caminos dentro de una franquicia que, a pesar de sus actualizaciones, conserva el vigor de su debut hace más de dos décadas.