Carolina Boetti fue la primera mujer trans que recibió -en mayo de 2018- la reparación de la provincia de Santa Fe por haber sufrido violencia institucional durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. Y con ese momento de su vida elige empezar su autobiografía, llamada Ese es tu nombre.

“Fue un momento único, histórico, vi a mis compañeras llorando, tuve sentimientos encontrados: el Estado me beneficiaba con una pensión social, y me pedía perdón en el mismo lugar donde, cuarenta años atrás, me llevaban detenida, privándome de todos mis derechos”, se lee en la página 8 del libro, editado por Mal de Archivo Emisiones.

El acto fue en la Gobernación de Rosario, donde durante décadas funcionó la Jefatura de Policía provincial. 

Un texto que te lleva como una película de acción, y decenas de fotos se combinan para dar cuenta de las vidas de Caro, que tomó su nombre de la princesa Carolina de Mónaco y supo muy temprano que ser una persona trans era peligroso.

Nació en 1965 en el hospital Centenario de Rosario. Tenía 15 años la primera vez que la llevaron detenida por estar en la entonces plaza Pinasco (hoy Montenegro), y eso le valió una paliza de su padrastro, la expulsión del hogar, también de la escuela, la constante persecución policial: hasta salir a comprar pan era exponerse a que las llevaran detenidas. Vivían en comunidad, pagaban más caro en las pocas pensiones que las aceptaban, tenían mil estrategias comunes para sobrevivir. La mención a sus amigas es constante.

El libro podría llamarse también Las mil vidas de Caro, que —cansada de las constantes detenciones en Rosario, donde les imponían hasta 120 días de arresto— se fue a vivir a Buenos Aires y trabajó en el boliche Confusión en los años 90.

La libertad era entonces un sueño, y para lograrla se exilió en Italia, adonde fue “inmensamente feliz”. Pero tampoco duró: con la llegada de Silvio Berlusconi, en aquel país también comenzó la cacería, y la deportaron.

Fueron años vertiginosos: se enamoró en Roma, se convirtió en ama de casa, aunque una amiga le abrió los ojos: siempre había elegido la libertad. Otra vez cruzó el océano, volvió a Buenos Aires, vivió un año en Suiza y también estuvo en Milán.

Eligió vivir en Argentina en 2009. Quería estar cerca de su mamá. La derogación de los artículos del Código de Faltas de Santa Fe que penaban el travestismo, la ley de matrimonio igualitario, la de identidad de género, fueron algunos hitos que festejó.

Y cumplió con un sueño trunco de la adolescencia: volvió a hacer teatro, esta vez de la mano del director Omar Serra. Empezó con Layo de Sófocles, y con muchos años en el teatro independiente fue una de las protagonistas de la obra Finalmente Reparadas.

Escribir su autobiografía también era un anhelo. “Por fin se dio lo que yo quería: contar esas historias que para mí fueron muy importantes, no fue nada fácil vivir ese momento”.


Cada una de esas etapas está documentada con fotos que relucen en una publicación en blanco y negro, realizada por un colectivo editorial que integran Carolina Elorza y Gilda Vignolo, con una impecable edición fotográfica de Valeria Galisso, maquetación y diseño de Joaquina Parma y corrección de Laura Forni.

Un entramado productivo nacido del cariño: Valeria y Caro se conocieron en el Archivo de la Memoria Trans de la provincia de Santa Fe. En ese proyecto, muchas de las imágenes pertenecen al archivo personal de Boetti. 

Las imágenes son esenciales en la publicación, forman el relato.

En las fotos, Carolina destila glamour y belleza. Y su elegancia sigue siendo un atributo.

¿Cómo las guardó? “En realidad tuve suerte, porque mientras me iba sacando fotos, las iba guardando en una valija, porque realmente yo era nómade, andaba de un lado para otro, las podría haber perdido, pero menos mal que no las perdí. Ese fue un avance para empezar a escribir el libro, las fotografías me ayudaron mucho”, responde Carolina.

Elorza cuenta cómo nació el libro. “Estábamos en casa comiendo con Vale (Galissso) y me dice que tiene una amiga que es un amor y quiere publicar su libro”. Ese fue el germen: se conocieron, compartieron anécdotas (a Caro Boetti le sobran, podría escribir muchos libros más), las fotos, los cassettes, la memoria prodigiosa plagada de detalles.

Vale Galisso aporta su mirada: “Decidimos publicar porque encontramos en Caro un testimonio vivo único, sobreviviente y vital de un pasado y un presente militante muy singular. Por varias cosas: primero, porque el archivo fotográfico de Caro es un registro visual que recorre su vida, con una mirada fantástica e ingenua que elegimos y que se repite en sus fotografías, que retrata a Caro libre, siempre”, dice la editora fotográfica.

“La edición está concentrada en elegir esas miradas amorosas que arman un relato visual que acompaña los textos, pero que se pueden leer visualmente en relación o en paralelo al libro. Rescatan una mirada menos transitada y no hegemónica, no es retrato trash del mundo disidente, es mucho, mucho más complejo, como lo es su vida, como a ella le gusta decir: vivida a contrapelo", sigue Galisso.

A Caro Boetti, la ley de identidad de género la encontró trabajando en su pequeño comercio en el centro de Rosario. Lo escuchó en la radio. Ese día lloró y recordó a todas sus compañeras. Eran 40 cuando ella vivía en Rosario, y al volver, sobrevivían once. 

“Me cambió totalmente, nos cambió a todos. A todas las mujeres trans nos cambió la vida la ley de identidad de género. Fue algo increíble porque podíamos, finalmente, llegar a tener en tu documento el nombre con el que te autopercibís”, subraya.

Y aparece la anécdota del antes.

“Una vez fui al supermercado, mostré el documento y me dijeron: ‘Señora, se trajo el documento de su marido’. ¿Me entendés? O, por ejemplo, cuando íbamos a un médico y te decían el nombre completo y el apellido. Eran situaciones muy feas”.

Para escribir el libro también la impulsó haber sido la primera persona trans que recibió la reparación histórica del gobierno provincial. “Fue un momento histórico para nuestra comunidad y eso fue algo increíble que pasó solamente acá en Rosario y estaba bueno contarlo”, siguió su relato.

Ese es tu nombre se presenta este sábado, a las 19, en la librería Mal de Archivo de Rosario (Urquiza 1613), con un encuentro que será también una fiesta.