Este viernes y hasta el domingo, Berisso volverá a llenarse de sabor y música con la llegada de la 22° edición de la Fiesta Provincial del Vino de la Costa. La fiesta, ya convertida en un clásico de la región, reúne una variada propuesta cultural y productiva que incluye concursos de vinos caseros y de la costa, así como de mermeladas de ciruela, tomate e higo. También contará con presentaciones de colectividades (algo muy característico de Berisso, capital provincial del inmigrante), espectáculos musicales, danzas típicas y una feria que incluye a productores, artesanos, cerveceros y gastronómicos locales y de otras ciudades.

El cronograma abre el viernes a las 18 hs con la presentación del grupo folklórico "El Camalotal", seguido por los “Viñateros de Berisso” y el acto oficial de apertura. El cierre de la jornada estará a cargo de Modo Norteño. El sábado, desde el mediodía, habrá presentaciones de colectividades representando a Alemania, Italia, Lituania e Irlanda, además de shows en vivo de Fiorela Ayllón, Jota Zalez, Los Confites y Versión Animal. También se anunciarán los ganadores de los concursos. El domingo, desde las 12:30hs, habrá danzas paraguayas, orquesta de tango, folklore y música popular con artistas como Los Hermanos Herrera, Doble Par, De la Orilla y Tres de Copas. Además, durante el fin de semana habrá almuerzos típicos en el bar cultural Raíces del Dawson.

La historia del vino de la costa está íntimamente ligada a las familias de inmigrantes que, durante el auge portuario de Berisso, cultivaron vides en las tierras bajas de la isla y del monte. Adaptado al sistema de parral y a las condiciones locales, ese vino artesanal, elaborado principalmente con uva americana (isabella), aunque también con ciruela, blancas y rosadas, se caracterizó desde el inicio por su aroma frutado, su sabor distintivo y su elaboración sin conservantes ni aditivos. El llamado “vino de la costa” o “vino de la viña” se vendía en fondas, comercios de barrio y restaurantes, llegando a circular más de un millón de litros anuales entre las décadas del ’40 y el ’60. Era el compañero ideal de asados, fiambres y empanadas. Su producción era totalmente familiar: toda la casa trabajaba en la viña, y el vino formaba parte del paisaje cotidiano de los trabajadores de los frigoríficos. Sin embargo, la tradición entró en crisis. Las crecidas del río, el avance de los vinos cuyanos y el desplazamiento de los jóvenes lejos del trabajo rural pusieron en jaque su continuidad. Durante años, la elaboración quedó relegada al consumo doméstico. Pero en las últimas décadas, y especialmente a partir del impulso de esta Fiesta, el vino de la costa volvió a ocupar un lugar de orgullo en la identidad berissense.

La celebración se realizó por primera vez en 2004, después de cuatro años de trabajo colaborativo entre productores, universidades e instituciones locales. Desde entonces, creció sostenidamente: de un solo día de duración se pasó a tres; de 25 puestos iniciales se llegó a más de 100, sumando decenas de stands gastronómicos. En sus últimas ediciones, recibió cerca de 100.000 visitantes anuales.

Con entrada libre y gratuita, la Fiesta del Vino de la Costa es la excusa ideal para conocer otra forma de hacer vino, celebrar la historia y la producción local y disfrutar de tres días de festejo a pura música. Será en el Gimnasio Municipal (ubicado en 9 y 169).