Sin el reglamento acordado y con un par de horas de demora, se inició ayer al mediodía la sesión de apertura de la Convención constituyente que reformará el texto magno santafesino, un proceso considerado histórico, tanto como las diferencias que por ahora exhiben las diversas fuerzas políticas que la componen, y cuyo objetivo será limarlas lo máximo posible para alumbrar un nuevo contrato social