A los 31 años, Cecilia Cañizares tuvo una crisis. Trabajaba en una agencia de publicidad digital de lunes a lunes. Estaba mal con sus amigas, su pareja la había dejado y, luego de un pico de estrés, tuvo que pedirse una licencia psiquiátrica. Le faltaba energía. Y dice que no tenía ganas de existir. “Pero un día estaba en el sillón, puse Netflix, había un stand up y lo dejé. Y era Félix Buenaventura con un especial de Comedy Central, chistes rápidos. Había estado tanto tiempo sin reírme que moví la boca y me dolió. En ese momento me dije: ´Nunca más dejo pasar tanto tiempo sin reírme. Nada justifica esto´. En Facebook, vi que iba a estar dando cursos de stand up. ´Es esto o me pego un corchazo´, pensé. Y desde el dolor de lo que me estaba pasando, cicatricé por la comedia”.

Pasaron diez años, su presente es bien distinto. Es un éxito en redes sociales con los videos que hace, en los que invierte los roles de género: las mujeres tienen los roles dominantes en la sociedad, entonces, son las que enseñan a manejar, las que quieren enseñar casi todas las cosas (un mansplaining invertido), las que son mecánicas, las madres que no pagan la cuota alimentaria. Al cierre de esta nota, uno de los últimos que había subido (La Checha divorciada) tenía 28,4 millones de visualizaciones. Pero los números crecen día a día. Como sus seguidores, que están en 948 mil, pero aumentan de a 100 mil por mes.

Hoy, con 42 años, dejó su empleo fijo para empezar a vivir de su trabajo en el humor, está en pareja con alguien que “la ama de verdad y la incentiva”, tiene amistades valiosas. Hasta su nombre cambió: en 2023, se abrió una cuenta en Instagram exclusivamente para subir posteos en relación a la comedia, le puso: “Ceci hace stand up”, pero alguien le sugirió que le sacara la parte del stand up, así fue como quedó artísticamente bautizada como Ceci Hace.

Esa cuenta la usaba para promocionar sus shows. Algunas veces, también, subía a historias videos de ella con un filtro de bigote en los que también interpretaba a varones machistas. “A mí me encantaba ese personaje, pero hace un año me seguían 700 personas, no lo veía nadie”. Pero un día, fue a la cancha a grabar un video para su pareja, Nahuel Ivorra, también comediante y con quien hace los shows de stand up. Ella empezó a hacer chistes y Rodri Blanco, otro comediante amigo, la filmó, después Ceci lo editó y, como le había quedado muy largo, lo subió como un reel. Lo levantó una cuenta con 5 millones de seguidores y se viralizó.

Era junio de 2024, cuenta en un PH en Ciudadela, donde vive con un perro y dos gatos, una casa que era de su abuela y está remodelando “a su gusto”. Hay una televisión con post it pegados, donde escribe sus proyectos. El año pasado, había escrito: “Abrir para Connie Ballarini” y lo cumplió en noviembre. “Soy como un caballo que no mira para los costados, voy hacia lo que quiero conseguir”, dice.

"Después de la represión a los jubilados, subí un video porque había sido espantoso todo lo que había pasado y muchos me dijeron: “Zurda, zurda, zurda”. Bueno, bloqueado, bloqueado, bloqueado." Foto: Jose Nico. 


De los videos que hiciste hasta ahora, ¿cuál es el que más te gusta?

--Uno que me dieron de baja en Instagram, lo tengo subido a X (ex Twitter), que es de salud mental. En el video me comía una tostada con una montaña de sal. Hablaba de cómo generalmente no se cuidan tanto la salud física ni la mental. Si un hombre va al psicólogo o si se muestra vulnerable es puto, es homosexual, no se banca la vida, es débil y todas esas cuestiones que son machistas, pero van en contra del hombre. Me parece que ese es el núcleo de toda la cuestión de mis videos: meter a los hombres dentro de la cuestión machista.

¿Por qué te lo bajaron?

--Te dicen que infringís las normas de la comunidad; creo que se consideró violento que en un momento le pegaba una trompada a la pared diciendo: “Estoy bien, estoy bien”.

¿No pudiste volver a subirlo?

--Hice otro video con el mismo tema: a mi personaje le están pasando un montón de cosas, está con dos amigas y mientras miran un partido de fútbol, con la vista puesta en la pantalla, les cuenta que la madre se está por morir, que la pareja lo dejó, que está sin laburo. “¿Estás bien?”, le dicen. “Sí, todo bien”, les contesta. Los varones suelen meter todo debajo de la alfombra, “acá no pasa nada” y después les sale un tumor en la pera. Tendrían que charlar un poco más.

¿Te interesa el tema?

--Tendría que indagar un poco más y seguir haciendo ese tipo de videos. En un momento del show les pido que aplaudan a las personas que van al psicólogo. Aplauden bastantes y después pido que aplaudan los varones que van al psicólogo. Tuve funciones en las no aplaudía ninguno, quizás por vergüenza también. Eran solo todas mujeres las que iban al psicólogo. Cambia según el barrio donde hago la pregunta, pero generalmente los que aplauden son tres y ahí me arrodillo y les digo: “Por favor, vayan al psicólogo”. Es importante.

Ahora que tenés cierta popularidad, ¿te reconocen en la calle?

--Sí, me asusta a veces. El otro día hice un pedido de supermercado y otro de comida, y los dos chicos que me los trajeron me dijeron que me reconocían de TikTok. Es raro. También me pasó que salí a pasear a los perros, me crucé con una chica, que me abrazó y me dijo gracias. Le dije que sólo había subido un video. Cómo lo interpreta la gente es algo que no puedo controlar.

Algo lindo le generaste porque te abrazó.

--Por ahí sea que puse en palabras algo que teníamos mucho en la cabeza y lo hice desde el lado cómico. Hay que ver si llega de verdad, ésa es mi duda, al público que quiero que llegue: el hombre.

También vi que Elizabeth Vernaci comentó un video tuyo en la radio, ¿qué te pasó con eso?

--Crecí con ella, mi mamá me retaba porque me quedaba escuchándola hasta tarde. Lo que más me gustó de cuando pasó mi video fue que en un momento se tapó la cara de vergüenza, o sea, hice pasar vergüenza a la Negra Vernaci.

Lo cual es difícil...

--Dificílimo. Ya cumplí (risas).

¿Con qué le hiciste dar vergüenza a la Negra Vernaci?

--Con la frase: “Si hay pelito, no hay delito”, que me la pasó una amiga. Desde siempre vimos a un hombre maduro tirándole tiros a una nena, compañera hasta de la hija, como pasaba con Guillermo Francella, pero antes también, con Alberto Olmedo, que eran nenitas, menores de edad. Algo que no sabía que seguía pasando, pero sigue pasando, que es que llevan a debutar a los hombres en una temprana edad, 13, 14 años, son chicos. Ahí el machismo juega en contra para los hombres.

Es una situación violenta.

--Es una violación. No hay mucha vuelta que darle. Y si así se inicia sexualmente un hombre, a partir de ahí, ¿cómo ve a la mujer? ¿Como un objeto, como un agujero? Son preguntas que me hago. Por eso, otro de los videos que también me gustó mucho hacer, que lo tenía en mente por cosas personales que me pasaron, es sobre este tema pero a la inversa: la tía le dice a la sobrina que la va a llevar a debutar al cumplir 13 años. No sé si se llegó a entender lo fuerte y lo horroroso que es.

La comedianta tiene muchas fechas pendientes en todo el país y se va a presentar en Paraguay. Fotos: Jose Nico.

La comedia era un hobby, el trabajo con el que Ceci Hace se pagaba las cuentas era en publicidad digital. Dice que le gustaba hacerlo y que le resultaba fácil, se trataba de implementar campañas en redes sociales, por lo que estaba estaba todo el día mirando métricas. En los videos implementó muchas cosas de las que había aprendido y que antes se las pasaba a los clientes. Sigue muy atenta muy atenta a los números, pero ahora de sus cuentas propias.

¿Cuál es la relación entre seguidoras mujeres y varones?

--Empezó con un 70% de hombres y un 30% de mujeres. Había algo muy curioso, los varones me comentaban: “Sos re graciosa, porque somos así, ¿viste?”. Les gustaba verse reflejados; no entendían la crítica, que el video era una especie de denuncia. Que en realidad les estaba diciendo: “No sean así. Nunca más, por favor”.

¿Qué pasó después?

--Al ir creciendo el número de seguidores, la proporción cambió a favor de las mujeres. Ahora son un 70% de mujeres y un 30% de hombres.

¿Te llegan muchos mensajes?

--Muchísimos. Más si subo historias hablando a cámara. A veces me gusta hablar a cámara de temas personales, que me pasaron por haber tenido relaciones tóxicas, por ejemplo, entonces puedo contar sobre las cosas que te pueden llegar a decir si estás en una relación con una persona manipuladora. Aprovechando que tengo tantas mujeres que me siguen, me parece interesante y muy lindo porque después me escriben y me cuentan que están o estuvieron con alguien que las trataba así.

Pero ahora estás en otro tipo de relación.

--Empecé a estar con Nahuel y, a los 40 años, o sea grande, entendí lo que es cuando un hombre te ama de verdad. Un amor sano. Y a partir de eso, entendés que cuando las personas hacen determinadas cosas son manipulaciones. No es que una sea una pesada. Es una persona que no te ama, te usa y quiere sacar provecho de vos. Mientras ponés toda tu energía en que la pareja funcione, te empieza a ir mal en el laburo, no tenés ganas de ir al gimnasio ni ganas de juntarte con amigos. En cambio, cuando estás bien con una persona te das cuenta de que todo eso sube, tenés ganas de hacer cosas, te va mejor en el laburo. Entonces me parece que está bueno cuando hablo de eso a cámara porque me hacen bien también.

¿Qué otro tipo de mensajes recibís?

--Cuando subo algo relacionado al feminismo o a la política, porque es mi perfil y subo lo que se me canta, muchos me comentan: “Yo sigo esta cuenta para reírme, no te metés en política, no me gusta”. Para mí, es una cuenta política, después el que la quiere entender la entiende y el que no, no. En muchos aspectos, esta época la siento muy similar a los años noventa, cuando hablar de política se consideraba aburrido, de viejo. Después de la represión a los jubilados, subí un video porque había sido espantoso todo lo que había pasado y muchos me dijeron: “Zurda, zurda, zurda”. Bueno, bloqueado, bloqueado, bloqueado. Entonces estuve atenta a ver si se iban muchos seguidores; por día se van 300 aproximadamente, y ese día se fueron 700, tampoco fue tanto.

¿Tenés algún referente?

--Malena Pichot es la número uno. Cuando ella surgió, teníamos la misma edad, me dije: “No estoy sola”. Me hizo sentir que había otras pibas que pensaban parecido a mí. Su humor sigue intacto. Y me gusta el estadounidense Louis C.K, que es polémico, porque estuvo cancelado (acusado de abuso y acoso sexual), pero es uno de los mejores en el stand up porque hace algo muy difícil, que es tomar las oscuridades de las personas, que todos tenemos, él las da vuelta de una forma que terminás simpatizando y eso, incluir a la a la audiencia, para el comediante es muy difícil, sobre todo con la corrección política de hoy.

¿Y alguna fuente de inspiración?

Hay una película francesa, No soy un hombre fácil, en la que un hombre se golpea la cabeza y aparece en un mundo al revés, o sea, en el que dominan las mujeres. Los varones se tienen que depilar, les dicen piropos, las jefas son mujeres y los boludean, les pagan menos. Pero lo que más me shockeó fueron los carteles de publicidad que aparecían en la película, que mostraban partes del cuerpo de varones para vender cualquier producto, lo que por contraste demostraba muy bien la sexualización del cuerpo femenino en nuestro mundo real. ¿Por qué para vender un mate, por ejemplo, ponen a una mina en bolas?

Sobre la corrección política que nombraste, ¿te planteás un límite a la hora de hacer humor?

--Es un tema. Alguien había dicho que el límite del humor es si la otra persona se ríe. Pero, ¿hasta dónde llega eso? Con Nahuel estamos todo el día haciendo videos, pensando chistes y a veces nos pasa que nos miramos y nos decimos: si nos graban diciendo esto, nos cancelan en este instante. Pero hay una regla que dice: no hay que pegar para abajo, hay que pegar para arriba. Trato de hacer eso.

Hace diez años, cuando decidiste empezar el taller de stand up, tuviste ahí una lucidez, viste algo ahí.

--Sí. Después dejé por otras cuestiones y en la pandemia tuve una relación con una persona muy manipuladora y volví a tocar lo que no había tocado la otra vez, que necesitaba tocarlo. Entonces corté con un montón de cosas que me estaban haciendo daño, familia también, que eso fue es lo más difícil porque es la raíz de todo. Y cuando corté, empezó a pasar todo esto. Me digo: “No puede ser casualidad”. Me hice cargo de que no es que yo haga comedia, la comedia está acá dentro (se toca el pecho). A veces hay que hacerse cargo porque mis amigos que siguieron haciendo stand up, desde hace diez años que me decían: “Che, ¿cuándo volvés? Sos graciosa, ¿cuándo volvés?, ¿cuándo volvés?, ¿cuándo volvés?”. Y bueno: volví.

Para seguir a Ceci: @cecihace en Instagram
Shows en: mildis.com.ar