Carina Cassini, directora de la Escuela Nº 14 "Juan Manuel de Rosas" de Pigüé, nunca se imaginó que iba a ser actriz, y mucho menos que iba a recorrer la provincia de Buenos Aires con un espectáculo de su puño y letra; pero la vida da muchas vueltas y este fin de semana está por presentar “Pur Cuá”, un unipersonal clownesco, en el teatro “Pasillo al fondo”, CABA.
Cassini se arregla un poco el pelo, explica que tuvo que salir corriendo para llegar a la entrevista porque en la escuela hay una fase que funciona mal y están sin luz eléctrica. “No me hubiera podido conectar, tenía ganas de charlar sobre la obra”, dice, al principio un poco tímida, pero inmediatamente después deja salir todas las anécdotas y el humor que le son característicos y que conforman la base del espectáculo que la tiene de acá para allá.
En la obra, producida por Cassini y por la compañía de teatro itinerante “Si la luna”, Carina se pone en la piel (¿o en la porcelana?) de una muñeca francesa, de esas que se veían en las casas de abuelas, tías y que siempre reposaban, intocables, en alguna repisa. La idea apareció en un taller de monólogos que hizo con Macarena Trigo, una de las fundadoras de la compañía, y en otro de actuación con Jimena López y Fernando del Gener, también parte de "Si la luna". En la muestra final de los talleres al público le gustó tanto el personaje que Cassini entendió que la muñeca necesitaba más pista para correr y hacer lo que mejor hace: opinar sobre todo lo que la rodea con humor, altanería y esa desfachatez e impunidad que solo puede permitirse la élite.
“En el verano de este año nos reunimos a empezar a escribir y profundizar en la vida de esta muñeca, queríamos saber cómo llegó a Pigüé”, explica Cassini. La muñeca está inspirada en una que tenía su abuela, muy prolija y fuera del alcance de los niños, a la que Cassini, en un gesto muy Silvina Ocampo, torturaba. “La creamos como una muñeca Made in France, que está en un escaparate de una juguetería esperando que alguien la compre y le dé la vida que se merece. Ella se cree mejor que los otros juguetes, y cuando finalmente la compran va a conocer el mundo a partir de lo que le ofrece su dueña, y de las vivencias en ese hogar que la recibe, que no era para nada lo que esperaba”, dice.
La muñeca es comprada por una señora de clase media-baja, que tiene una familia con una idiosincrasia “muy bonaerense”: una hija que trabaja mucho y aparece cada tanto, y una nieta (la “chiquilla”) que no deja en paz a la muñeca. “Una pendeja insoportable que la tortura constantemente”, dice Cassini entre risas. “La obra es un homenaje a mi abuela, que fue muy importante en mi vida. Su casa, a la que en la ficción la muñeca nombra como ‘un rancho’, para mí fue un palacio, mi hogar”.
Escribir un material que retoma la historia personal para ficcionalizarla no es sencillo. Es común sentir que “se le debe” a la verdad de los hechos, a alguna figura familiar, a algún mandato, etc. “Hay que darse permisos”, reflexiona Cassini, porque lo importante es el juego que pueda realizarse con esa materia prima. “Cuando estaba empezando a armar la obra me pasó algo curioso. Yo quería un espejo de mi abuela, que creía perdido, hasta que me llamó mi mamá por teléfono y me dijo: ‘encontré el espejo, te lo llevo’. Fue mágico, porque justo estábamos buscando uno para la escenografía, entonces dije ‘listo, el permiso más importante para hacer esta obra ya lo tengo, y es celestial’”, recuerda.
“La obra se va construyendo función a función. Con cada presentación, hay un nuevo estreno, porque cada lugar es diferente”, dice Cassini, y cuenta que realizaron funciones en espacios no tradicionales, como una biblioteca de Sierra de la Ventana y un restaurante en Puan. Al principio, la muñeca tiene una expectativa muy clara: quiere ser comprada por alguien que note su belleza, su calidad. Se cree lo mejor de lo mejor de la juguetería, e incluso se cree superior al lugar. Finalmente, cae en manos de una persona que no puede darle la vida soñada. Tiene que adaptarse a una cotidianeidad que no entiende del todo, e intenta descubrir qué es lo que pasa, cuál es su vida y cuál es su objetivo. La muñeca, entonces, cambia a lo largo de la obra. Pasa de ser fina y delicada a tomar las características de la gente que vive con ella, también en lo discursivo. “Al principio habla con una tonada francesa, y después empieza a largar frases chilenas porque su dueña, la vieja, es chilena”, dice Cassini.
La vieja cría pollos, reza el rosario, amasa pan, ve salir el sol y también ponerse. Es una gran consumidora de telenovelas, y la muñeca arma su mundo y sus ideas a partir de eso: lo que ve en la rutina de la vieja, lo que sufre con la chiquilla, lo que escucha en la tele; hasta que empieza a entender que un día, no tan lejano, la vieja no va a estar más. Y entonces aparece la pregunta por el futuro: ¿qué va a ser de ella?
一¿Y el nombre de la obra? ¿Por qué se llama así? “¡Ay! Es un nombre que pusimos porque nos causó gracia”, explica Cassini, “¿viste cuando Mbappé erró un gol en la final Francia-Argentina? Bueno, completamente sacado gritó ‘¡¿pourquoi?!’, y con Maca pensamos que es un gesto muy de la muñeca, porque es una pregunta que se hace constantemente: por qué”. Por qué la adopta una viejita de clase social baja, por qué la viejita le presta tanta atención a la nieta-pendeja, por qué la pendeja la vuelve loca, y otras inquietudes que aparecen en el devenir del personaje. “Es esa indignación, esa frustración sin respuesta. ¿Por qué, si soy uno de los mejores del mundo? ¿Por qué, si estoy en semejante equipo? ¿Por qué a mí no? Bueno, eso es Pur Cuá: una desilusión, una rabia, una pregunta sin respuesta”, explica la actriz.
La compañía “Si la luna” cuenta con diez años de trayectoria. Integrada por Jimena López, Fernando del Gener y Macarena Trigo, nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires pero actualmente apuesta por descentralizar el campo cultural, eligiendo un trabajo itinerante con presentaciones de obras y talleres en espacios culturales del conurbano, la provincia de Buenos Aires y otras regiones del país.
“Pur Cuá”, con dirección de Jimena López, es la primera obra escrita y actuada por Carina Cassini, y ya se presentó en municipios como Pigüé, Azul, Olavarría, Puan, entre otros. Este sábado a las 19 hs y el domingo a las 18 hs serán sus únicas dos funciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el teatro Pasillo al fondo (Muñiz 1288). Las entradas están disponibles a través de Alternativa Teatral.