En el Matadero Frigorífico Municipal de Tartagal se faenan cada mes más de 800 vacas y 300 cerdos, lo que equivale a una producción de más de 190.000 kilos de carne, destinada en su totalidad al consumo interno del departamento General San Martín, en el norte de Salta.
Desde este establecimiento público, ubicado en el paraje Tranquitas, se abastece a más de 70 carnicerías de Tartagal, Aguaray, Mosconi, Salvador Mazza, Cornejo y Vespucio, con lo que se consolida una red de comercialización local que reduce costos, acorta distancias y fortalece la soberanía alimentaria.
La Municipalidad de Tartagal afirmó que el matadero es clave para la producción ganadera del norte salteño y a la vez es una fuente de trabajo directa para unas 40 personas, muchas de ellas residentes de la comunidad donde está emplazado.
Desde principios de 2024, el municipio conducido por Franco Hernández Berni —con el acompañamiento de la Secretaría de Producción y Economía del Conocimiento a cargo de Facundo Camacho— ha puesto en marcha un plan de fortalecimiento del Matadero. El objetivo es consolidar una estructura pública capaz de responder a las necesidades de quienes producen en Tartagal y el departamento, sin depender de frigoríficos lejanos o servicios privados inaccesibles.
Detrás del funcionamiento diario, el trabajo sostenido de Nino Arzalan como administrador del Matadero también se considera clave para ordenar, mejorar y mantener activa esta infraestructura.
Una faena que se queda en la región
La producción de más de 190.000 kilos de carne por mes se comercializa y consume dentro del departamento San Martín, con lo que se busca fortalecer las economías locales y reducir al mínimo los traslados.
Ese volumen permite abastecer a más de 70 carnicerías distribuidas en diferentes localidades: 50, en Tartagal; 8, en Aguaray; 6, en General Mosconi; 4, en Salvador Mazza; 2, en Coronel Cornejo y 1, en Campamento Vespucio.
La Municipalidad de Tartagal destacó que detrás de estos números hay circuitos cortos de comercialización, trabajo local, y familias que acceden a carne de calidad, fresca, faenada con trazabilidad sanitaria y sin intermediaciones abusivas.
Infraestructura con impacto
El plan de mejoras ejecutado en 2024 y 2025 supuso una inversión de 200 millones de pesos, entre fondos municipales y provinciales. Entre las obras ya finalizadas se destacan la instalación de un sistema de bombeo propio, la renovación integral del tendido eléctrico, la colocación de un generador para evitar interrupciones por los frecuentes cortes de luz y la construcción de una nueva cámara frigorífica con salida independiente, que duplicó la capacidad operativa del Matadero.
Una de las mejoras clave fue la ampliación del sistema de agua, ya que se instalaron tres tanques de 15.000 litros cada uno y se proyecta llegar a una capacidad total de 110.000 litros. Este reservorio permite garantizar autonomía hídrica para los procesos de faena, un aspecto fundamental en zonas donde el acceso al agua también es un desafío estructural.
Además, se pavimentó el ingreso completo desde la ruta nacional 34, mejorando la accesibilidad. Y se incorporaron medidas de seguridad laboral y protocolos de higiene, se incluyó la provisión de indumentaria y elementos de protección personal, y la incorporación de un técnico especializado en seguridad e higiene.
Actualmente, unos 15 usuarios regulares -entre productores directos y abastecedores de carnicerías- utilizan el Matadero para faenar semanalmente. Entre todos, abastecen a esas más de 70 carnicerías. Desde la gestión de Hernández Berni insistieron en que el impacto es directo, puesto que se trata de "carne más fresca, menor huella de carbono, reducción de costos logísticos y mayor soberanía alimentaria para los pueblos del norte".
Producción cerca, alimento seguro
Para el director de Producción, José “Jocha” Castro Videla, el Matadero es una pieza clave en la economía regional y también un actor directo en la generación de empleo. Actualmente, 40 personas trabajan en la planta, la mayoría son del propio paraje Tranquitas, “una comunidad que está sobre la ruta 34, donde está ubicado el Matadero”, remarcó el director.
Además, la cercanía con los lugares de producción y comercialización permite reducir significativamente los costos para los productores. Esa reducción no siempre se traduce de forma lineal en el precio al consumidor, aclaró Castro Videla, porque los productores y abastecedores también incorporan el valor de su trabajo. Pero sí impacta en la cadena, ya que al haber menos intermediarios y menos kilómetros recorridos, el precio de la carne puede ser más bajo que si el animal tuviera que ser faenado a 350 kilómetros, como ocurre en Pichanal (departamento Orán) o incluso en provincias vecinas.
Otro aspecto clave tiene que ver con la sanidad alimentaria. El Matadero, con una tasa de faena accesible, “fomenta que los productores faenen de manera legal y con los cuidados sanitarios”, explicó el funcionario. Esto contribuye a disminuir la faena “en el campo”, también conocida como faena clandestina, donde no es posible garantizar la inocuidad de los alimentos. Por eso, añadió, “también tiene una cuestión de salud, de cuidar la salud pública”.
Lo que viene
Actualmente, con una inversión conjunta de $39 millones por parte de la provincia y el municipio, se está llevando adelante la reparación integral de los equipos de frío de la cámara antigua, incluyendo el motor MTH de 12 HP, el armado de nuevos tableros de control de fuerza y sistemas analógicos y digitales. Castro Videla subrayó que las inversiones actuales apuntan también a incrementar la capacidad operativa: “Vamos a poder faenar prácticamente el doble de animales que actualmente, generando más puestos de trabajo”.
Asimismo, ya están planificadas nuevas obras para 2025, también con financiamiento provincial y municipal: la renovación completa de la caldera, el reacondicionamiento del sector de corrales con la construcción de piso nuevo y mejoras estructurales, y el mantenimiento general del edificio, con trabajos de pintura por etapas. Estas intervenciones proyectadas implican una inversión adicional estimada en $90 millones, orientada a seguir ampliando la capacidad operativa y sanitaria del Matadero.
Castro Videla sostuvo que Tartagal avanza hacia un modelo que prioriza la producción regional, acorta la cadena entre el campo y la mesa y garantiza derechos básicos como el acceso a alimentos seguros. Es por eso que afirmó que lejos de las políticas concentradas en los centros urbanos, el Matadero "se convierte en un símbolo de otra forma de pensar el desarrollo: desde el territorio, con equidad y con soberanía".