El último rodeo - 5 puntos

(The Last Rodeo; Estados Unidos, 2024)

Dirección: Jon Avnet.

Guion: Jon Avnet, Neal McDonough y Derek Presley.

Duración: 116 minutos.

Intérpretes: Neal McDonough, Sarah Jones, Mykelti Williamson, Christopher McDonald.

Estreno en salas de cine.

Una placa al comienzo de la proyección proclama que lo que el público está a punto de ver ha sido aprobado por el Angel Guild, aunque pocos espectadores sabrán qué significa exactamente ese aviso. En pocas palabras, Angel Studios es la compañía productora detrás de títulos como el relato antiabortista Inesperado y la más reciente y polémica Sonido de libertad, cuya filiación con la religiosidad cristiana más tradicional(ista) resulta harto evidente. En El último rodeo, sin embargo, los mensajes ligados a la fe y su práctica cotidiana caminan de la mano de un drama deportivo que es, a su vez, una historia de sacrificio y entrega. Dirigida por el veterano Jon Avnet, el director de títulos como Tomates verdes fritos y Algo muy personal, El último rodeo es una película bien old school en la cual el regreso tardío a las pistas puede implicar la salvación de un ser querido, permitiendo de paso la recuperación de honores perdidos.

Joe Wainwright (Neal McDonough, a su vez coguionista junto a Avnet) es un vaquero recio que abandonó la doma de toros años atrás, cuando un accidente provocado en parte por su alcoholismo lo dejó postrado durante una larga temporada. Los pecados de Joe podrán ser varios, pero en el presente se encuentra recuperado y en control de su vida, acompañando a la hija en las tareas del rancho y apoyando a su único nieto en las actividades deportivas, divididas entre el béisbol y… el rodeo, muy a pesar de los deseos de la madre. 

Cuando el chiquito es diagnosticado con un tumor cerebral lo único que puede salvarlo es una intervención quirúrgica urgente, aunque los problemas ligados a la operación son graves y de diversa índole. En primer lugar, su dificultad y riesgos, amén de un elevado precio en un contexto –el sistema de medicina de los Estados Unidos– que no favorece precisamente la salud pública. Joe toma entonces la decisión de participar de un rodeo con grandes figuras del deporte, acompañado de su ex compinche Charlie (Mykelti Williamson) para intentar hacerse con el premio de más de medio millón de dólares.

Historia de veteranos regresando al ruedo para enfrentar a la sangre más joven, El último rodeo avanza, escena tras escena, con un profesionalismo narrativo que no deja de lado previsibilidades, aunque evitando en cierta medida la sensiblería. McDonough le otorga al héroe la tozudez y fuerza de voluntad necesarias para hacerlo una criatura creíble, al tiempo que su compañero Charlie está a cargo de los mensajes religiosos, que afortunadamente no son tantos ni se imponen al pragmatismo del protagonista. 

Hay asimismo señales patrióticas, himno nacional incluido, y varias banderas ondeando, además de una idiosincrática y orgullosa actitud sureña. Son las señales que seguramente ha aprobado el Angel Guild –patria, familia, fe–, pero que esta vez acompañan un relato deudor de otros cuentos deportivos más famosos en los cuales el retorno al ring, a la cancha o a la pista suele implicar una última oportunidad de redención. En este caso apenas ocho segundos de resistencia a la fiereza animal, con moderno casco protector o a la vieja usanza, con el sombrero de vaquero bien sujeto.