Si el cierre de listas para las elecciones del 7 de septiembre dejó heridas abiertas y nuevas internas en la Unión Cívica Radical bonaerense, el cierre de las alianzas para los comicios del 26 de octubre volvió a abrir fuertes disputas y tensiones al interior del partido centenario.

Para ordenarse, se pueden identificar cuatro grandes grupos, aunque hay subcategorías. Uno es el de Evolución, referenciados en Martín Lousteau y Pablo Domenichini, entre otros dirigentes. Un segundo grupo lo forman los intendentes con el Foro y el titular del Comité de Contingencia, Miguel Fernández a la cabeza. Un tercer grupo responde al expresidente del Comité, Maximiliano Abad y un cuarto espacio a Facundo Manes, que si bien armó su propio espacio, tiene terminales en municipios y legisladores.

Como dio cuenta en detalle Buenos Aires/12, tras una feroz interna, Domenichini y Fernández llegaron a una tregua para formar los órganos de contingencia y cogobernar el partido hasta fines de octubre. Esa nueva alianza dejó afuera al sector de Abad, especialmente tras la formación del espacio Somos Buenos Aires, que agrupa a radicales, peronistas, PRO y vecinalistas. Ahora, tras el cierre nacional del jueves, cuando se formó Provincias Unidas, volvió a implosionar todo.

“El candidato era Manes, pero se fue a la Ciudad, dejando a todos plantados incluso a los suyos propios y se movió toda la estantería”, dijo a este medio una voz al tanto de las negociaciones.

Tal pudo conocer Buenos Aires/12 por parte del entorno de Manes, esa decisión de que el neurocientífico se posicionara como candidato a senador por la Ciudad respondió a ubicarlo en “donde mejor esté posicionada su agenda política” y justificaron que el actual legislador nacional del bloque Democracia para Siempre estuvo focalizado en los últimos meses a las problemáticas del hospital Garrahan, de la UBA y de temáticas relacionadas a la ciencia, todo con foco porteño. 

Para la elección del salto a la Ciudad, también se consideró el modo de votación que se utilizará en la elección nacional del 26 de octubre, la Boleta Única, un factor que consideraron en sus laboratorios, considerando que podría beneficiarlo en esa instancia electoral.

Con todo, una fuente de diálogo directo con Manes deslizó a este medio la idea de que, si el espacio Provincias Unidas hace una buena elección el 26 de octubre y accede a una banca en la cámara alta nacional, se abre la ventana de posibilidades de pelear en 2027 por la Jefatura de Gobierno porteño. Esto representaría un timonazo en los planes del médico, quien ya desde 2021 había anunciado sus intenciones de competir por la Presidencia de la Nación.

En el vaivén de reuniones del jueves, tal pudo reconstruir este medio de diversas fuentes, se habría generado una fuerte puja entre los sectores que apostaban a una candidatura de la jefa de la Coalición Cívica, Elisa “Lilita” Carrió con el sector que impulsaba al exministro de Transporte, Florencio Randazzo como primer candidato con la radical de Evolución, Danya Tavela, como segunda. 

En esas conversaciones, aunque hasta el 17 no habrá confirmación sobre las candidaturas, sonó el teléfono y del otro lado estaba el cordobés Juan Schiaretti, quien dio su respaldo al chivilcoyano, que fuera su compañero de fórmula en 2023. Hoy es el presidente del partido Hacemos por Nuestro País, a nivel nacional. 

La posibilidad de llevar a un exministro de Cristina Fernández de Kirchner como el primer candidato no convenció para nada al sector radical alineado con Fernández y los intendentes. “No podemos ir ahí, llegamos a ir a un comité del interior a pedirles militar a Florencio y nos sacan a los tiros”, graficó un boina blanca.

Lo cierto es que Domenichini puso la firma para sumar al partido a Provincias Unidas, armado que responde a los gobernadores que no cerraron con La Libertad Avanza ni el peronismo, pero Fernández no por no estar de acuerdo con lo que consideró “una imposición” de candidaturas. Eso podría traer alguna complicación legal, según plantearon desde diversas filas radicales, lo que dejaría a la UCR fuera de esa alianza, pero no así a sus miembros.

Por eso, se empezó a evaluar la posibilidad de que algunos, especialmente los alineados a los intendentes, puedan confluir detrás de una candidatura de Carrió y que como segundo vaya un boina blanca que represente al radicalismo no-conurbano.

Hasta altas horas de la noche, se realizó una reunión virtual con los intendentes, pero como la incertidumbre era total, se pasó para la mañana de este viernes. Los enojos no se escondieron. “Es difícil que no impacte en la elección del 7, porque cuando se nacionalice la discusión, van a estar todos en diversos espacios”, planteó un armador.

Para otro sector, eso no sería un problema. “Hay que separar las elecciones, para algo salimos a bancar el desdoblamiento”, evaluó un dirigente del interior. “Los objetivos prioritarios están en septiembre, que es por sección electoral y con perfiles diferentes de candidatos y votantes, eso nos abre otras ventanas de acción”, evaluó.

“Lo que pasó es que querían adelantar la discusión de lugares en algunas candidaturas y para esa discusión aún tenemos 10 días”, señalaron a Buenos Aires/12 desde las filas de Evolución, desde donde sumaron que por eso se decidió que Domenichini pusiera la firma a la alianza, considerando que corría el tiempo legal. “Se estaba dilatando una discusión en cuestiones para las que aún hay tiempo”, reiteraron.

Esa actitud no cayó nada bien en las filas de quienes están alineados a Fernández, quienes ligaron la actitud a una “presión” de Lousteau y del dirigente porteño Emiliano Yacobiti. “La relación de Miguel y Pablo volvió al freezer. El que tiene carácter no tiene ese problema de decirle que no a los jefes”, lanzaron.

Aún inmersa en sus internas, que cada vez se ramifican más, la UCR bonaerense apuesta a dar un batacazo en las elecciones de septiembre, los comicios en los que pone el primer esfuerzo. Una campaña seccionalizada y bien segmentada, la propuesta para evitar el estallido final.