"Cuando empecé a hacer la película, no imaginé que se iba a estrenar en un contexto como éste. El Gobierno pasó de negar los crímenes de la dictadura a la reivindicación y, ahora, a la banalización con la bandera del otro día. Se lo toman en joda, pero la destrucción de políticas de memoria, verdad y justicia es muy seria", dice Rodolfo Petriz, guionista, director y productor del documental "Los fusilados de Racing", hecho a partir de 2022 con financiamiento del INCAA, en ocasión del preestreno, en el auditorio de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) de La Plata.

El documental, de casi dos horas de duración, aborda la cuestión de los seis cuerpos que aparecieron en la madrugada del 22 de febrero de 1977 en ese punto de Avellaneda y confronta la versión policial del enfrentamiento con el conocimiento acumulado de otras investigaciones similares. 

Petriz asume que muy probablemente las víctimas vinieran en un traslado desde el Centro Clandestino de Detención (CCD) "Puente 12" en La Matanza. Tras solicitar la colaboración del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), tiene la certeza de que fueron enterrados como NN en el cementerio de Avellaneda. 

A pesar de todo esto, aunque no pierde esperanzas, asume que la identificación sigue siendo aún muy difícil. "Hay mucho de los crímenes de la dictadura que aún no sabemos". 

"Trabajé prácticamente solo porque el monto del subsidio no permitía hacer grandes contrataciones, y eso me llevó a sumergirme de lleno en el tema", dice en diálogo con Buenos Aires/12. Una de las cosas que más lo impresionó, cuenta, "fue la negativa cerrada a hablar del tema de los jugadores de inferiores, pibes de entre dieciséis y dieciocho años que vivían  en la pensión de Tita Matiussi". 

"En ese momento, la pensión estaba justo ahí, detrás del portón de ingreso número 19, que da a Colón (ahora está en el otro extremo del estadio) y por el calor estarían afuera, así que tuvieron que escuchar tiros y gritos. Supongo que, si es un recuerdo traumático para cualquiera, lo es aún más a esa edad", describe.

Petriz cuenta que planea seguir llevando el documental a distintos festivales, mientras aguarda que el INCAA le defina la fecha de estreno en alguna sala oficial, como el Espacio Gaumont. "Después vendrán las conversaciones con las plataformas, pero con poca expectativa, por las características de la obra".

Rodolfo Petriz, guionista, director y productor del documental "Los fusilados de Racing"

Disparador 

Se trata de un hecho que trascendió hace menos de diez años, cuando en 2016 Rafael Barone declaraba frente al juzgado federal de Daniel Rafecas, en calidad de testigo por la "masacre de Piñeyro", donde cuatro hombres y tres mujeres que fueron fusilados en la vía pública en esa zona de Avellaneda.

Entonces, Barone recordó que, poco después de aquel hecho que vio desde la ventana de su casa, volviendo una noche de copas con su amigo e ídolo de Racing, Oreste Corbatta, que entonces vivía en el club, se encontraron con media docena de cuerpos sin vida ensangrentados, frente al paredón del estadio Presidente Perón, conocido popularmente como el "Cilindro de Avellaneda". 

El hecho fue incorporado por el periodista deportivo Alejandro Wall a la biografía de Corbatta, publicada a fines de ese año, y disparó una serie de investigaciones periodísticas. Una de ellas es la de Petriz, que antes había filmado los documentales "El navegante solitario" y "El científico rebelde".

Al cabo de su trabajo de investigación, Petriz se constituyó como querellante en la causa, con el patrocinio letrado de Pablo Llonto, con el objetivo de determinar la identidad de los fusilados, su origen y si la decisión de fusilarlos frente a uno de los estadios de fútbol más populares fue casual o encerraba algún mensaje.

Sector 134

Desde el regreso de la democracia, el Equipo Argentino de Antropología Forense exhumó alrededor de 350 restos humanos del sector 134 del cementerio de Avellaneda, de los que pudo identificar poco más de 200.

"Había centros clandestinos de detención como Campo de Mayo o ESMA que tenían acceso a aviones y resolvían las eliminaciones con vuelos de la muerte. Los del Circuito Camps, vinculados a la policía bonaerense, no contaban con ese recurso. Entonces, la dinámica era que los grupos de tareas los bajaban del camión en algún lado, los fusilaban y ahí terminaba su trabajo. Dejaban los cuerpos tirados. Después venía la policía, los recogía, armaba un certificado de defunción, un parte policial que decía enfrentamiento y los enterraba en algún lado como NN",  explica a cámara Carlos "Maco" Somigliana, del EAAF. 

"Hay un subregistro de NN porque el cementerio de Avellaneda tenía algunas particularidades que hicieron que muchas víctimas del terrorismo de estado de la zona sur fueran enterradas ahí", sostiene el investigador. 

Y agrega: "El cementerio tenía una morgue judicial con entrada independiente por atrás. Los vehículos podían entrar por ahí, enterrar los cuerpos en el fondo, en el sector 134 que antes estaba tapiado, sin que nadie los vea y después declarar ante el registro lo que quisieran. Por eso hay tanta diferencia entre los libros y el trabajo de campo."

El documental de Pétriz muestra cómo dividieron el terreno en una cuadrícula tipo batalla naval y fueron reconstruyendo la secuencia cronológica de los entierros. "Las víctimas de la masacre de Piñeyro están en D4, los fusilados de Racing podrían ser los cuerpos que van de D5 a D7", explica.

También revela otro dato escabroso. Mientras los demás cementerios usan un sistema de registro con los términos "tumba" o "nicho", en el de Avellaneda se utilizaba el de "vaquera". Literalmente, viene de "vaca", porque se trata de una excavación de dos metros por dos metros por dos metros, donde caben un bovino o varios humanos.

Petriz también entrevistó a una perito criminalística, que observó orificios en la pared, en la zona donde los testigos coinciden en que estaban los cuerpos. "Podrían ser agujeros de bala. Lo ideal hubiera sido buscar restos de plomo, pero después de tantos años ese rastro se perdió, es imposible de recuperar". 

Sin embargo, agrega un dato relevante: "de haber sido un enfrentamiento, como dice el parte policial, tendría que haber agujeros de bala en la pared de enfrente", dice, y señala cruzando la calle, donde ahora está el mural conmemorativo. 

Los clubes y la política

En aquel momento, el presidente de Racing era Horacio Rodríguez Larreta, presidente del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) porteño, que respondía políticamente a Arturo Frondizi y padre del homónimo dos veces jefe de gobierno de la ciudad.

Varios entrevistados aportan un dato de relevancia a la hora de dilucidar "por qué en el Cilindro", cuando habitualmente para los fusilamientos se buscaba descampados o lugares alejados de los centros urbanos. "En los clubes había elecciones. Ese año en Racing se votó, algo que no ocurría casi en ningún otro ámbito institucional", aporta Julián Scher, que actualmente trabaja en el club.

Benito Gorgonio de Miguel, otro dirigente del MID, amigo de Rodríguez Larreta, ya fallecido como él, que se integró a su gestión en el club como gerente general, recuerda en el documental que "los clubes también eran una salida para los tipos que queríamos seguir haciendo política en plena dictadura". 

Gorgonio de Miguel fue secuestrado y torturado en Junín, cuando intentaba averiguar el paradero de un grupo de militntes suyos, en abril de 1977. Por la misma fecha fue secuestrado Rodríguez Larreta. Según el documental, Larreta salvó su vida por dos motivos: porque Frondizi pidió por él y porque a la prensa nacional le llamó la atención su ausencia en el palco, durante un Racing- River. 

El ex gerente dice en el documental que no supo de los fusilados hasta mucho después, porque imperaba un clima de silencio y temor, pero no tiene dudas de que "los tiraron acá para ensuciar de alguna manera a una conducción que los incomodaba".