Comenzó un nuevo torneo y la Liga Femenina cumplió seis años de la firma de los primeros contratos. A este proceso, desde el momento de su anuncio, se lo denominó "semi" profesionalización porque no todos los clubes tenían a todo el plantel con salarios y porque, en su mayoría, esos sueldos todavía no les permitía vivir solo del futbol.
Que una mujer sea futbolista profesional de Primera y pueda rendir en su tarea implica, al igual que con los hombres, tener la alimentación necesaria, un entrenamiento acorde y un descanso que acompañe, lo que significa no requerir de otro trabajo para llegar a fin de mes.
Para lograr ese objetivo, falta. Mucho. Pero de a poco se ven gestos, y se viven situaciones y resultados, que generan optimismo.
El caso Macarena Sánchez
La discusión por la profesionalización del futbol femenino en Argentina se instaló en 2019 cuando UAI Urquiza decidió ponerle fin al vínculo que tenía la delantera Macarena Sánchez. Ante esa situación le solicitó a la Institución que regularizara su situación laboral y meses después, su accionar, generó una revolución.
Para abril de 2019, Macarena firmó con San Lorenzo el primer contrato profesional del fútbol argentino junto con 14 compañeras.
Hoy UAI Urquiza, uno de los clubes mas ganadores de la liga femenina, pidió el descenso voluntario y jugar en la B por no poder cubrir el salario de sus futbolistas.
"Para optimización de recursos y fortalecimiento", expresa el comunicado. En medio del crecimiento de la disciplina, la decisión fue repudiada. Para Macarena, el machismo sigue instalado en el futbol argentino y se retrocedió en mucho aspectos: "Hay canchas que todavía no están en condiciones, se suspenden partidos por falta de ambulancia o los estadios principales no están a disposición".
El reclamo en la Selección
En mayo de 2024 tres jugadoras anunciaron que dejaban el equipo: "Nos agotó la falta de interés". Denunciaron no tener desayuno o almuerzo acorde, recibieron un sándwich y una banana después de un entrenamiento, y la frase "No hay plata" cómo respuesta. No iban a recibir viáticos y tampoco iban a tener entradas de protocolo para sus familias. Situación impensada para una Institución con buenos ingresos e infraestructura de primer nivel.
En la Copa América, Argentina tuvo una buena presentación. El rodaje de las futbolistas en clubes del exterior, junto al crecimiento del torneo local, permite poder jugar de igual a igual contra otros equipos. En el día a día, sigue faltando visibilidad y fomentar la presencia del público en los partidos que se juegan en nuestro país.En 2023 el amistoso entre Argentina y Venezuela en Córdoba rompió una marca histórica con mas de 31.000 espectadores. Hay que seguir aferrados a ese impulso y permitir que logre instalarse.
Las jugadoras y el embarazo
Que los contratos representen derechos para las futbolistas también está presente al momento de la maternidad. En junio de 2024 Boca anunció en sus redes el embarazo de Camila Gómez Ares, el primero en la era profesional del club. Los embarazos antes eran vistos como sufrir una lesión o había clubes que echaban a sus jugadoras.
El avance también significa que su desarrollo profesional no se modifique por la decisión de ser madres. Y que, además, se cumplan sus derechos como trabajadoras.
Siguen faltando mejoras contractuales y salariales, que permitan evolucionar en las condiciones en que las futbolistas realizan sus tareas. Y que, de la mano, mejore el nivel de juego y el rendimiento, tanto del Torneo como de la Selección.
El Clausura recién empieza, pasó la Copa América y la próxima meta es el Mundial de Brasil 2027. Las Eliminatorias, bajo el nombre Liga de Naciones, comienzan a fines de octubre. Nuevas oportunidades para crecer y para que el fútbol argentino acompañe a sus jugadoras.
Informe: Jorgelina Rocca